Estaba un hombre arrodillado, como un canónigo u otra dignidad, en mitad de la Puerta del Sol, en Madrid, muy cerca del Oso y el Madroño, símbolos turísticos de la Ciudad, tapando con un sombrero de copa y ala, parecido al que llevaba el somatén de Cataluña, un algo, diciendo a modo de oración : "Señor, esto que escondo aquí es felicidad, y después de mis días, llevadme con esto a la gloria".
A los viandantes que pasaban y se le acercaban preguntando :
- Señor ¿qué esconde debajo del sombrero ?
- ¿Es un gatito azul ?
- ¿Es un nido de pájaros ?
- ¿Es una napolitana ?
Él les respondía virtuoso y pío :
- No, y no. Tan sólo levantaré el sombrero a una familia que venga con sus pequeños, queesto que ahí acá va con el ánima de nuestros padres.
No quitaba las manos de su sombrero, cuando, de pronto, apareció una familia con dos hijas y dos hijos, todos ellos pequeños. Al acercarse a él, otras gentes se arremolinaron detrás de ellos y a su alrededor.
Al preguntarle el padre :
- Señor, ¿quées lo que con tanto mimo y cuidado usted guarda y esconde debajo de su sombrero ?
El respondió :
- Porque el señor de la casa lo manda, y porque "aquí murió Sancha la Bermeja, más de Belinchón serála dehesa", como cantaba el juglar medieval, cuando defecaba junto a la torre del homenaje del Castillo de la Mota, en Medina del Campo, a la vista de los reyes y para su recreo, aquí hay una caca que recién he cagado. Y levantó el sombrero.
Asombro causó en los videntes, pues estaba muy bien perfilada.
Los niños, riendo, saltaban de alegría, cantando : "Es una ñañona, una ñañona", ji, ji, ji.
Algunas mujeres, que son más observantes y olfativas que los hombres, dijeron : "todavía humea la mierda, echando de sí humo fragante y oloroso como el benjuí, el ámbar, el incienso".
Un policía municipal que se acercó al ver el remolino de la gente, le ordenó al hombre, inclinado, alternando la represión y la severidad :
- Guarda la mierda, Flores.
(Flores se llama el hombre, y es un madrileño nacido enla calle La Montera).