Toda la hispana gente los ecos Rebuznantes de ladrones y depredadores, así como las fajas y alzacuellos de pedófilos en caterva, vitorea. La sumisión y aguante, porque ellos son nuestros gobernantes o pastores de nuestras almas, es su prenda.
 Antes, en villas, cortijos, en aldeas, habitaban bandoleros de Amor y rabia. Hoy, están en las grandes ciudades, bandoleros de Asco y vicio, con grandes mansiones, iglesias y aun mezquitas robadas, ansiosos de procurarse cuantos bienes del pueblo puedan.
 Un día, yo le dije a mi Madre : quiero ser abad de un monasterio.Ella orgullosa, creyendo merecerlo, me llevó a un gran monasterio llenode piedras, donde el Rebuznodel Asno del padre abad sonaba más que el delas campanas.
 Allí,de lego, cumplí el deber de hacerme místicas pajas. Allí nosalí libre del culo, ni por milagro. ¡Aquí era el Rebuznar en gregoriano¡ No podéis imaginar cómo rebuznábamos conesmero, al mismo tiempo que al Asno se le alargaba la verga ; esa verga que era nuestra guía, que seguíamos y en la que creíamos y creemos, en cuya piel estaba escrito el Génesis bíblico, que escribió un ermitaño de nuestra tierra antes de que fuera erigido el monasterio, el cual, más tarde, resultó ser ladrón de cepillos.
 Con santo celo, como los templarios, practicábamos la excitación. A la letra O del tercer ojo, le poníamos empeño, ordenando a los artistas de vidrieras no olvidar de colocar en su centro la letra "O", que dibujaron en todo rosetón artístico, como se puede apreciar en cualquier catedral, iglesia o monasterio.
 A la sombra de nuestras celdas cantábamos nuestra masturbación con asnífluo acento.La emulación del Asno del Abad, intentandoelevar su verga hasta elcielo, nos enseñaba cuál útil era el sexo, aun cuando con prédicas, catecismos, etc., le persiguiéramos.
 Cual campanas con el badajo campanero contra el suelo quedábamos, momento que aprovecha el Asno para tres veces repetir e intentar la metida de su verga en nuestro ojo del modo más solemne y circunspecto.
 ¡Qué desgañite ¡Qué devoción verme a mí y a mis hermanos legos, cómo el Asno introducía por atrás, ennuestro vientre, su seminal devoción¡ Todo él sobre nuestro dignos lomos desde donde se divisaba el Camino de Santiago.
 Así es normal que, hoy, sepan más y mejor, tanto, de meter su propia prosa beatífica, y lavarse las manos con jabón de la Toja.
 Nuestro grito o clamor¡eyaculaste¡, tan resonante, retumbaba en los valles y en los cerros, y la gente venía, como en viacrucis o rosario de la aurora, de sus calles, cuadras y corrales, a contemplar el milagro tan sublime :
 El Asno del Abad, a la vez que erecto, recitaba sonoros versos, y Rebuznaba :

 "Oh tú, pueblo tan motejado
 pueblo tan sufrido
 cuánto habéis tragado y tragaréis
 enheroicospollinalesandamios
 y en heroicospollinales bancos".