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Article publié le 15 mai 2016. oOo Era víspera de la fiesta principal de la Ciudad, al atardecer. Salimos mi amigo y yo del bar cafetería Alo Paris no muy contentos, más bien contrariados, pues habíamos intentado conquistar a la misma mujer trabajadora del sexo, la cual, por criterios contrarios, nos hizo enfadarnos. Yo le dije que a mí me olía su beatificado chuminoa diablos. Y se lo repetí varias veces. Ella, retirándose de mí, ¡encima haciendoascos¡ se acercó más a mi amigo, a quien no le importa ni el olor ni el sabor de una mujer, porque, según él mismodice "ni habajado ni bajará jamás a la Raja", pues lo único que le importa es desfogarse, aunque sea con una mona. - Además, me pregunta, ella callando, ¿por qué sabes tú que el diablo huele a Chumino ? ¿Es que has estado con alguno ? - Pues sí, le respondo. Yo he estado, en sueños, claro, en los desposorios de don Quijote de la Mancha y doña Dulcinea. Y su noche de bodas olía a cuerno quemado del Diablo. Callo y sigo : - Además, te hablo en nombre de un cantor del coro de la Catedral de Segovia, cuando yo estuve enelseminario, con el que tuvo escarceos amorosos, que me dijo que el diablo no es otro que el padresuperior, y que por él supo que la polla de los curas huele a cebolla podrida y su semen a ajo chamuscado. Que esta copla de "olor a demonios" se la han cargado al pobre santo y divino diablo, que no tiene culpa alguna de lo que follamos los humanos. - Sí que es guapo el diablo, contesta mi amigo, sobre todo con su lanza erecta, como un lancero bengalí con su pene de trapo de colores cosido con artificio. Nos reímos. Vamos caminando ateridos de frío, pues hace un frío que se las pela en esta ciudad fría y asquerosa de Burgos, cercanos al puente Gasset, cuando, de pronto vemos una figura de hombre, un ridículo personaje con desaliño de flaco, que nos llamó mucho la atención. Iba caminando espatarrado con pasos graciosos, de dos en dos, y encima de sus pies, abrazada a él, frente a él, una mujer, que nos pareció desnuda. Se acercó a la balaustrada del puente y empezó como a penetrarla, cual loco o bufón. - Sí mira, dijo, antes, mi amigo, ¡lleva su pene metido en ella¡ El hombre ni se percató de que le viéramos. Nosotros, atentos, vimos a él beneficiársela, pero,en un instante, la mujer se le fue de las manos, cayendo como volando, al río, y él gritando con mucha pena, su pene corrido y fuera :¡Mujer al agua¡ El río corríadesbordado por culpa de las lluvias y los deshielos pasados. No había habido ni un alma durante el oficio de este flaco y despeado personaje, pero el grito del hombre cayó, igualmente, al agua, y el mismo río gritabaentre sus olas "Mujer alagua". Este grito, como por arte de magia, hizo salir a unas monjas del convento de santa Teresa, que se vinieron corriendo al río. Hombres y mujeres salieron de sus casas, bares o cafés. Otras y otros, beatos de misa de nueve, dejaron la misa del Carmen a medias, y se vinieron a ver loque sucedía. Un fuerte contingente de policías de ambos colores vino, así como ambulancias. El recorrido de la mujer fue corto, desde el puente Gasset al puente de san Pablo, pues aquí pinchó en algún espino, y explotó, desinflándose, alcanzando el puente Bessos, donde un valiente tonto del culo, de esos que siempre hay para demostrar su valor y salir en la foto, vestido, se tiró al agua para salvar a la mujer, que no era más que un pellejo de plástico. Cuando él salió del agua con la mujer de plástico arrugada y desinflada, las risas fueron bien sonadas, tanto que dicen que las campanas de la catedral sonaron solas y que el Papamoscas se hizo una paja. Extendido el plástico sobre el suelo, mostraba la figura de una mujer bien hecha, graciosa, con dos pechos con dos conejos dibujados, y su chisme bien concertado y sin pelos. Sobre el vientre, a la altura del ombligo, un rótulo con orla y un corazón con una espada atravesada, con una leyenda que decía : "Bodorrio de don Quijote y Dulcinea". |
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