Esto está buenísimo. Por un paseo del barrio de Río Vena que comienza desde laa tres calles Juan de Padilla, Paseo Comuneros de Castilla, y Batalla de Villalar, coronadas por una estatua en la que figuran dos miembros viriles ensartados, hechos de piedra, que se mueven en sentido giratorio, frente a las oficinas de Cultura y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, dos anuncios se han solapado como gracia en esta holística yruin vida que nos toca vivir, en este barrio, ayer de obreros y obreras, hoy transformados en caballeros y damas de clase media, dispuestos a probar el Hatha Yoga por mantenerse en forma, respirar el aire yógico, caminando meditando el cómo hacer el trasero del pollo comprado en el supermercado El Árbol, si en pepitoria o al ajillo.
Mirando a mi trans amigo "QueerBoyFriend", que me acompaña, pienso en el yogui Suatmarama trascendiendo de su ágama tántrico al saludo del sol, con el culo en pompa, elevado sobre las manos y los pies, estilo perro levitado, en la postura que les gusta a las mocitas algo zorras abrirse al romance del Ser y la Nada, la puta jodienda, que no tiene enmienda, y que sólo es polvo, recordando lo que mi madre decía a mis hermanas : "Hijas, nunca os caséis con un pastor de la iglesia o un Yogui". Esto, porque una de mis hermanas flirteó con un yogui y quedó trastornada del todo. Como otra que quedó preñada por algo gordo y largo que sobresalía de un agujero del confesionario.
- Deme, por favor, medio kilo de trasero de pollo, le dije, sonriendo, a la dependienta, maja pero algo feúcha.
Al instante, entre las miradas de los tres, la dependienta, mi amigo y yo, se conjugó el viejo asunto del pastor y la oveja, del pastor y el cabrón, más manido en la infidelidad eclesial, siempre, claro está, desde la óptica del trasero de losniños. Motivo que encontramos en la tradición vatic-anal y en las "las señas del cura párroco"-
Como pastores trashumantes, y contentos, salimos del "Súper", entrando en el Centro de Día, donde labriegos sedentarios se sentían como en su propio campo frente a la ciudad, jugándose esta dualidad a las cartas o al Dominó. Yo vi a una vejestoria leyendo las odas de Horacio traducidas por fray Luis de León. ¡Fíjate¡
Mi amigo, acercándose a un caballero, que estaba esperando jugar, que era objeto de burla por sus groseros modales, y de escarnio porque era un cornudo ("cornudos lo sois todos", decía), que hablaba menospreciando a la corte y a los políticos que, como él dice, tienen los bolsos llenos porque roban y roban, y tienen la uñas peladas de "matar piojos al sol" de Panamá o Puerto Rico, le preguntó a este su amigo :
- ¿Qué tal cagas ?, respondiéndole el amigo :
- Como la loba parda, el borrego y la hija del pastor.
Esto hizo que surgiera la risa en todo su alrededor, e hiciera un corpus de toda la baraja con la que jugaban, comenzando los jugadores a beber, unos, su botellín de cerveza, otros, su "Marianito" o pequeño vermut.
Mi amigo me susurró al oído, refiriéndose a su amigo :
- Tiene el culo pelado, porque es un cagarrón.
Cogí a mi amigo de la mano, y nos marchamos los dos.