Qué pena. La diosa Isis, Diosa egipcia, personificación del poder fecundo y generador de Naturaleza, tiene que estar removiéndose en su tumba por culpa de esos hombres malos y malditos engendrados en pecado y maldición por los Señores de la Guerra que dominan el Mundo y hacen que las gentes de Siria, Afganistán, Líbano, Libia, Irak y más vaguen huyendo de las guerras, moviéndose trasladándose de un lugar otro de Europa pésima y malvada que, cual bestia bruta parece gozarsensualmenteperseverando en sus maldades, tanto que por los crímenes suyos y los de esos mandamases que con ella andan tienen la solidaridad y el amor olvidados, para ellos efémeros (lirios hediondos).
 Aunque ese modo de proceder va muy mal con su condición de seres humanos, se ajustan y se acomodan al crimen y a las guerras institucionalizadas, sentándoles muy bien esa ropa y siglas con que visten a mercenarios y gobiernos que sólo sueñan dormir todas las noches con putas o mujeres raptadas, yendo tanto o cuanto a favor de esto o de lo otro bajo la condición de la venta de armas o la posesión del petróleo. La virtud y la bondad de los pueblos ellos las han desterrado. No se diferencia lo de ayer a hoy.
 Parece que no hay más que un rumbo : Caminos, ríos y otras cosas inanimadas van hacia el norte de Sodoma y de Jerusalén, mientras ellos, mandamases, por quienes el Mundo padece hace muchos años hambres y persecuciones, van calle arriba hacia la Catedral, a pedir absolución de lo que roban al pueblo : campos, huertas, viñas, inmatriculaciones ; y todo para gastárselo con putas, subsistencia permanente y sin variación de sus anhelos machistas, formando pasados, futuros e imperativos como en otros tiempos y modos de "botín de guerra". Acción y efecto de investir la cuestión de las investiduras de la misma trascendencia que en la Edad Media, pudiendo decirse que sigue en pie con diferencias sólo en la forma, pues entraña en sí la de la rivalidad entre el poder espiritual y el temporal en los estados políticos.
 Las maldades del nuevo orden mundial están públicas y manifiestas por todo el Mundo. A Isis le duele, cuando están matando en Siria, en Irak, en Afganistán, en Palestina, y tantas naciones más. Se pregunta : ¿Van a ser tan ciegos y tan malvados que persistan en su error y en su crimen ? Pues sí. Cual forajidos irados y pagados, que se hayan en donaciones antiguas por la condición que impone el poder de las armas, siempre estarán donde quieran, y más en los lugares objeto de la donación y reparto, desfogando su ira en el pueblo, satisfaciendo en ello el deseo de venganza, haciendo Verdad la interjección de enojo : "Ira de hermanos, ira de diablos", yéndose de los pies y cayendo cual largo son sobre la mayor parte de la antigua Media : Persia, Turquía, etcétera.
 Escuchemos a Isis :

- Se os va el tiempo robando y asesinando ; los pueblos y las naciones se os van por la posta. La vida va de capa caída, va tirando, va pasando, va de mal en peor ; el crimen de lesa humanidad va para largo.

- Los Señores de la Guerra están idos ; van tras las dotes ; todos ellos van a una por el petróleo y las putas, tornados en adulterar y encarnizarse con los pueblos y las naciones, al igual que el vatic-anal cura o el luterano traidor, que tienen una puta en casa para cada noche y después, al día siguiente, va a decir misa a los cuatro pueblos que le corresponden.

- ¡Iros al diablo¡