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Santa Pe de Vistalegre
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 Article publié le 4 septembre 2016.

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Un amigo y yo hemos ido a visitar a una familiar ingresada en el Hospital Rey Juan Carlos, de Móstoles, en Madrid ; un hospital bello y hermoso como ninguno, con dos plantas circulares que son un primor como los son las médicas, enfermeras y auxiliares que conforman el elenco sanitario, con vitola de bien hacer, vocación y amor hacia los enfermos, y mejor trato imposible hacia sus familiares. "Se merecen el cielo, y más !", nos dijo una señora que tiene a su marido,"muy malito, muy malito", ingresado en la habitación de al lado del familiar.

- Nada de cielo y esas zarandajas, le contesté. Lo que hay que darles es reconocimiento por su buen hacer y dedicación, buenos sueldos, y más contratación de personal, pues están desbordadas, y poco reconocidas por el bandolero gobierno de turno ; y eso que son lo mejor de toda la Sanidad global ; a lo que ella me respondió :

- Pue sí, sí, tiene usted toda la razón, sí señor.
 Entramos a saludar a nuestra enferma, que es virgen y santa, sí, casta y pura. Ella habla con la Virgen del Henar (henar, lugar poblado de heno), del Santuario a cinco kilómetros de Cuéllar, de gran devoción en Segovia capital y provincia ; talla románica del siglo XII, con un cuento de que fue traída desde Tierra Santa por san Jeroteo, primer obispo y mártir de Segovia, pedófilo y encubridor comoninguno, patrona de los resineros según el papa Pío XII, menudo bicho facha él, y con bastón de alcaldesa de Cuéllar ; y habla, también, con dos santos : san Antonio, el de Padua, de Madrid, en cuya ermita, y en su presbiterio, se encuentra la tumba de Goya, hoy conocida como de san Antonio de La Florida, lugar a las afueras de Madrid, con fama entre las parejas de novios, pues aquí se acercan a ofrecerle trece alfileres de boda, que son recordatorio de las trece monedas que Judas recibió por vender a Jesús, o las trece monedas en las arras de casamientos y bodorrios, y comprar panes del santo.
 A sus meapilas y beatas se les conocía, antes, como "guinderos" pues la guinda fue la cereza del santo y todo el que se sentía partícipe de su mesa celestial, tenía que llevar un escapulario colgado en el cuello con la representación de una guinda. Guinda y cuento que nos llega, por otra parte, de un arriero madrileño campesino, más burro que su arado, bobo de baba, que en la Cuesta de la Vega camino de la plaza de los Mostenses, cerca de la Plaza de España, en cuyo mercado había que venderlas, su Burro se asustó de una mierda de perro, tropezó con un adoquín del suelo y los amarres de la carga se rompieron, rodando las cerezas por esta Cuesta del Moro, cercana al Campo del Moro y los jardines Sabatini del palacio Real.
 Gimiendo y llorando como un gato de Madrid, o Boabdil el Chico " La Llorona por Granada", despotricando contra dios, y su puta madre como un cafre de Las Ventas ante una manifestación anti taurina, al gritar "ay, de mis guindas", se le apareció, cómo no, un monje, que más tarde resultó ser el santo resultón, que acaparó con una brazada todas las guindas, inmatriculándolas a continuación, y bendiciéndolas con agua bendita, para terminar vendiéndolas a sus feligreses por la gracia de dios.
 Otra leyenda callejera cuenta que un moro, besugo madrileño, con más hambre que el perrito de un ciego o el Lazarillo de Tormes, se las comió de un atracón, que, más tarde, las cagó enteras y, cubiertas como estaban con algo parecido a chocolate, se las ofreció al santo monje por el sudor de su frente y la bondad de Alá y o su Dios. El monje las puso a vender de cinco en cinco, en vasitos de hojalata.a la puerta de la ermita, tarareando esta cantinela :

"Estas guindas, son guindas de sentimientos
Que curan a la tropa de La Habana y de Melilla
Y que os sanan (Ohsanna), la fiebre amarilla
La cólera, la rabia y el negro vómito.
Los raíles del tren que, ahora, están torcidos
Se harán rectos y marcharán en vía libre
Para que el tren del Amor y el ensueño
Vaya y venga por las vías de vuestro Corazón enfermo".

 El monje, en un santiamén, las vendió todas, y las campanas de La Almudena tocaron solas.
 También, la familiar adora y habla con el santito san Amaro, penitente francés, peregrino del Camino de Santiago, que se afincó en Burgos en una ermita a las afueras de Burgos, cuidando de enfermos, peregrinos y leprosos ; maestro en el embuste y embeleso, pues en sus viáticos y extremaunciones, se hacía con las propiedades, el dinero y alhajas de los moribundos, que éstos dejaban para dios, la iglesia y el culto ermitaño de misas, inciensos y oraciones. Él decía, antes de morir el difunto : "Si< queréis ir al cielo y no penar en el Infierno o el Purgatorio, dejadlo todo a la iglesia, o algo, que algo es algo ; y no importa que sea un peine roto sin púas, que para algo servirá, aunque sea para sacar lombrices del ano".
 Santa Pe, lo sabemos, no ha conocido varón ni perrito que le ladre. Ha sido, y es una monja seglar de clausura monástica o religiosa. La clausura está en su mente, pues está tocada un poco del ala. Su voto o promesa de obediencia, pobreza y castidad son instintivas, no teniendo por qué ser canónicas. Su vida espiritual y material sigue los consejos de una virgen de Fátima, pequeña, que siempre lleva apretada en su mano derecha, junto con un Rosario. Ella la guía en los misterios de este Rosario que reza todos los días. En sus alturas teológicas, de mente, ella nos cuenta el cómo se le apareció la virgen del Henar. Nos dice :

- Por aquel portillo abierto del servicio de la sala de psiquiatría del Hospital Gómez Ulla, en Madrid, donde vivía mi vida de dolores, y que vosotros conocéis, por allí se me apareció la Virgen del Henar, toda vestida de blanco. El vestido que llevaba de enfermera, nunca le vi manchado, ni siquiera con la sangre que me hicieron, y brotó al ponerme las vías en las muñecas. Ella, tan guapa y bella, tan santa, me dijo :

- Sufres, hija mía, sufres mucho, pero todos los que hayan participado en tu destrucción serán castigados, recordándome los novios, o mejor amigos que tuve, que teniendo comezón en los huevos, quisieron violarme y no pudieron ; como aquel que me llevó en su coche queriendo violarme en la Casa de Campo, ofreciéndome una pastilla blanca, arrojándome yo de su coche en marcha y, huyendo, andandoy corriendo por el Batán hasta mi casa, en Vista Alegre. También, de los que por detrás me siguieron ofreciéndome dinero para su sexo entretener, que, por regla general, era papel de periódico o papel de envolver, como me dijeron algunas madres que sus hijas, creyendo que iban a ser agraciadas, quedaron desgraciadas para siempre.
 Hace una pausa, y sigue :

- Yo soy la Virgen del Henar, me dijo la Virgen. A tu lado siempre caminaré, pues tienes una cruz de clausura en tu mente y otra cruz de dolores a tu espalda, y siempre estaré a tu lado para que el Demonio no intente agarrar tu alma con el rabo. Yo voy a velar siempre por ti en tus ingresos hospitalarios, pues no voy a consentir que el Demonio, que se desayuna en plato fúnebre como los curas en viáticos, hoce tu huerto, por ti tan bien guardado en pureza y castidad, ni intente entretenerse a entrarte por el Ojo ciego que no ve y salga por tu boca, tan malvado él como los curas que abordan la infancia del niño por el culo, y no te encuentre ni de noche ni de día, gracias a tus Padres Nuestros y tus Ave Marías.
 Mi amigo y yo la consolamos y le dijimos que esto estaba bien si ella así lo sentía. También, le dijimos que nos habían informado las enfermeras de Control de Planta, que todo su proceso iba muy bien, que estaba mejorando, que todo había sido un fuerte dolor de estómago, pero que había habido necesidad de hacer bastantes pruebas por si hubiera hecho falta hacer una operación intestinal, lo que no es el caso, pues tu salud es buena y todas las analíticas dan bien. También, que la médica que te corresponde vendrá a vernos e informarnos de todo el desarrollo.
 Y así fue, pues, pasado un tiempo, vino la médica correspondiente informándonos de que la enferma está "llena de mierda", pues ha acumulado mucha y no la expulsa con facilidad, para lo cual habrán que ponerle edemas para que tome el intestino su buena forma y vuelva limpia al escenario de su mal, la Residencia donde está. y troque la mierda por la vida natural y la digestión buena.
 Le mostramos a ella, la médica, nuestro agradecimiento, y pasamos a informarle de esto a nuestra familiar. Una vez terminado, yo les recordé a los dos el saludo de la más antigua tradición épica y homérica que hacían los griegos al encontrarse entre ellos o entre amigos y forasteros que, en vez de decir "¿Qué tal ?" o "¿Cómo vas ?", preguntaban "¿Qué tal cagas ?, pues al bien cagar le llamaban suerte, y le daban la mayor importancia y vitola, siendo el termómetro de la vitalidad.
 Igualmente, le hablamos del mal comportamiento de los familiares de los pacientes y de las personas que vienen a consulta o a ingresar, pues el amplio patio del Hospital, tan hermoso, parece una feria de ganado ; un gran mercado con extraordinaria concurrencia de mercaderes y negociantes del cupón de los ciegos y de alguna que otra ONG. Aquí es el Rebuznar, y los Asnos andan de un lado a otro como sin destino final ; lo mismo que en los pasillos circulares de las habitaciones con pacientes, que sirven para hablar por el móvil, hacer llamadas o hablar, convirtiendo el lugar en sala y antesala de mal encono, no importando si la muerte venal o rabiosa llega a por el que está mal de verdad, ignorando que las puertas de los hospitales echan aldabillas al Paraíso y al Infierno las abren de par en par.

 

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