Paseaba yo un día por el desierto de Almería
Donde se ruedan películas del Oeste
Y otras picias variopintas
Cuando, de pronto, metí el pie derecho
Por la boca de la lámpara de Aladino
Y, al instante, escuché una voz que me decía :
- ¡Manda carajo¡ que mientras estaba durmiendo
En cama de dos colchones
Me hayan pisado los cojones, a mí
Que estaba soñando con un gato negro
Haciendo el amor con una gata parda
En la puerta de un convento
Donde un fraile sobre los dos meaba
Y el rabioso gato negro
Saltando desde su amada gata parda
Al fraile le ha arañado el rabo
Al fraile que, ahora, llora que llora :
- ¡Madre mía del Cielo
Que me han arañado el badajo ¡
Yo le dije a Aladino
Pidiéndole mil perdones :
- ¿Sabes tú, Aladino, tocar la guitarra ?
Él me contestó cantando :
- Ay, chipirón, chipirón
Tu madre guarra y tú maricón
Te pones mandil en alto
Tu amor mirando al Norte, al mediodía
Y a tu padre le llaman "Rajasandías
Perro lanudo, perro sin dientes
No me pidas tres deseos
Pues yo ya te les voy a dar :
Para tu padre el melocotón
Para tu madre la pera
Para ti el pimiento
Y sábete que, ahora y siempre
Por el mar corre la liebre
Por el monte las sardinas
Por los rastrojos los peces
Y los arados se hacen de corteza de tocino.
- Como tú, le grité yo
Sacando el pie de la lámpara
Y, de una patada, poniéndola
Debajo de su barbilla.