Hoy, un día artificial como todos, me siento distinto de la hembra y de todos los vegetales. Mi compañera se ha ido a un rezo eclesiástico porque, según ella, se lo ha pedido una amiga, porque su madre está enferma. Estará hasta el fin de la novena o media noche. A mí, como si se la machaca al campanero.
 En estas fechas de verano, los obreros municipales están reparando calles y calzadas, y otras obras de utilidad pública. Como tengo un llavero, que esun sextante, miro al cielo para tomar la altura del Sol.
 Es Agosto, pero, por aquí, en Burgos, las tardes son frescas. Toso y esputo de seis a tres versos, aconsonantes los primeros y pareados los últimos. Mi amigo Jacobo ríe, y le dice a un señor mayor que conocemos : "Mira, estos son gallos, échales trigo, a ver si cantan".
 Me quito la rebequilla que siempre suelo llevar por las tardes, y le enseño a mi amigo los botones, que son clavos de bronce imitados de la puerta hispano morisca de la catedral de Sevilla. "Muy guapos, me dice, como tú". Me río.
 En ese instante, pasando frente al Teatro Principal, advierto que me mira un tal Ludovico, que anda hacía atrás, llevando puesta en la cabeza una cajetilla de cigarros rubios. Mi compañero me dice que suele ir por el Ayuntamiento enseñando un escrito nombrándole,a él, miembro del Consejo de Regencia,pero no esmás que un pobre hombre, un hombre pobre, célebre en la ciudad por pasear sus ovejas por debajo del puente de san Pablo, montado en un Burro, lo cual le acarreó muchas denuncias municipales, el pago de multas, y el quitarle las ovejas y el burro por no poder pagar. ¡Qué malos¡

- Así va el patio, le digo yo a mi amigo. Los políticos, barones mercenarios, entran y salen de su Congreso o Senado de culo. A veces, afirman "ya que", y otrasveces "no sé si sí o si no". Bien sabes tú hasta qué punto ; tú, quete presentaste para Alcalde en unas elecciones pasadas.

- Pues sí, responde mi amigo. Bien sabes que me lo pasé de "buten pelotilla", sobre todo poniendo en mi programa actuaciones futuras que darían fuerza y vigor a la ciudad.
Yo puse gesto de duda y él me contestó :

- ¡Si te lo he dicho mil veces’ Mi programa era hacer del río Arlanzón un río navegable, con puerto en Capiscol ; lo que es de razón. Recuerda que la televisión local, el primer día de propaganda política, me sacó fletando un barquito de juguete debajo del puente de Capiscol, y los medios, al otro día, junto al puente Malatos, me sacaron fletando otro barquito de juguete con 27 pelitos del pubis de cada uno de los que nos presentábamos en la lista.
 También, como recordarás, en la Plaza Mayor, donde se encuentra el Consistorio, elevaríamos un edifico lo más alto posible, y construiríamos un edificio de tres plantas, dedicada cada una de ella a Oficinas Municipales, la primera, Salones de Belleza, la segunda, y la tercera, dedicada a la alimentación y vinícola. Terminando con una torre, y sobre ella colocar una estatua de Manuel Azaña, chupándose el dedo gordo del pie derecho, rozando el cielo.
 También, como leíste en el programa, es de suponer, la Plaza Mayor la convertiríamos en jardín, y debajo de ella construiríamos un complejo de sexo, droga y rocanrol ; nada de aparcamiento.

- Sí que fue bueno eso, exclamé. Y creo que los que más os votaron fueron la gente de Capiscol, y del casco viejo,¿no ?

- Propiamente sí, me contestó. Además de que, sin sugestión ni ayuda ajena, nos presentamos a las elecciones con sólo tres ilusiones, llevando de mí a cabo lo que pensábamos realizar, por encima del partido.
 Después de estar un rato embelesado recordando estas posibles hazañas, volvió en sí, y me puso su mano derecha sobre el hombro, preguntándome :

- ¿Hiciste loque te dije ?

- No sé lo que me dijiste, contesté.