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Article publié le 14 février 2017. oOo Entre corrales, cuadras, apriscos de pueblos, calles, plazas de ciudades, destacan en su gran vacío los santuarios, capillas o edificios donde se venera la imagen de alguna divinidad y santosnecesariospara tontos de capirote y meapilas bobos de baba. El ser humano, al igual que los animales y todas las especies desde la existencia de los mundos, todos veneramos la Naturaleza, nuestra única Madre, y nuestro único Templo. Pero un día de fuertes lluvias y criminales tormentas, se aparecieron los curas, los gurús, los adivinos de pacotilla montados en Asnos y, haciendo una digresión demasiado larga, inculcaron a base de embustes y patrañas, apoyados por la espada y las armas, que su creer era digno dealabanzas, haciendotodo el favor a los cuadrúpedos que los santuchos y santurrones veneran en el lugar más sagrado de susTemplos, santuarios y pagodas ; aun hoy día. El Santuario, los Santuarios, los Templos, no merecen el aprecio y fervor de los hombres, pues es una gran y única mentira que podamos tocar el cielo sin tirarnos de los pelos ; que es lo mismo que hacemos cuando queremos revestir de diferente modo las mismas ideas. |
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