Es la triste historia de una invasión violenta
entre países vecinos
todo empezó en Antofagasta
litoral boliviano,
huestes invasoras sin rumbo ni vergüenza
llegaron con sus barcos de acero
a robarse las aguas de una nación tranquila,
capturaron a pobres indefensos
despojaron su entorno
usurparon sus derechos
y marcaron con señales de muerte
el mar antiguo de los bolivianos.
Perdidos en las nubes del tiempo
sufren el mar arrebatado.
Del libro : EL HOMBRE, HILO DELGADO DE LA HISTORIA (2015)
Un beso como un himno poético de Pushkin