Mi amigo, al cruzar el campo de futbol, que da a la explanada
Mirando la fachada del Seminario, alegre me decía :
- ¡Qué facha tiene nuestro Seminario¡
Ocultos debajo de la sotana, como curitas sin cabeza
Nos escurríamos por los pasillos del edificio hasta llegar a la cocina
Donde la monja cocinera, pensando
Que veníamos de ejercicios espirituales
Nos ofrecía dos cafés con leche, que sabían a agua de fregar
Con dos galletas con canela, diciéndonos ella :
- Pero, muchachos, ¿cómo es que os levantan tan temprano
Para ejercicios espirituales ? Nosotros contestando :
- Hermana, en sólo dos horas corridas del sueño
El padre espiritual nos la levanta, el padre nos viste, hermana
Mientras las Lujurias nuestras lloran gotas de leche y sangre
Pues él nos monta a caballo como si fuéramos sus criados delante
Dando cinco lengüetazos en el cogote de cada uno
Y nosotros dos sin poder hablarnos.
Ya pasó el tiempo. Nos azuzan los perros benditos de la Lujuria
Y queremos salir, para siempre, a la calle
Sabedores de que en este Seminario ya no hay Fe.
¡Ya estamos hartos de estos soberbios padres¡
Nos íbamos a marchar sin despedirnos
Pero, ayer me confesé para decirle adiós al padre
Diciéndole que no me sentía pecador ni necesitaba su absolución
Pues yo no tengo pecados, tan sólo el tallo mejor
Pero eso sí, que si algún día le vemos por los alrededores
De las Vistillas, le follaremos mi amigo y yo
Detrás de san Francisco el Grande
Con un amor de dos filos hasta llegarle al corazón
Su campanilla repicando : que se ha muerto el padre Olivares
Que se ha muerto atragantado de Amor.