Volviendo a ver la torre del campanario
De la iglesia de mi pueblo o barrio
Y escuchar sus sones de campana
Toques a clerical pedofilia
Qué de sensaciones me produce en la vista
Que son percibidas nítidamente en el alma
Pasando inadvertidas, sin embargo
En el común de la gente
Por un cumulo de embustes y patrañas
En sentimientos adobados de meapilas y beatas
Que conforman el relicario de este lugar
O de esta plaza.
Aquí, la importancia del testimonio
De niños y niñas pedofiliados
No cobra un análisis consciente pormenorizado
Pues, como quien hace estos actos perversos
Es un enviado de dios
Esto nos da la clave de lo feo y asqueroso
Que se encuentra uno en las iglesias
Pero que nadie, adicto a ella
Quiere atajar y ver.
¡Quéelementos conforman la belleza de laspiedras
Labradas por esclavos y prisioneros de batallas¡
Entrando en el templo
Hayque ver a quienes conforman
La mística del amor impuro.
Su andar, su caminar y esa armonía hermafrodita
Quetransmiten
En sus sermonesy plegarias
Le hace aparecer cabalgando sobre sus propios caballos
Guiando una recua de ovejas y borregos
Hasta ese cielo que empieza y termina
En el Camposanto.
La abuela Antonia de Ruiz me ha dicho :
- Señor, el niño de la Eudosia
Le dijo a su madre :
- Adiós, madre
Me voy a soñar con elseñor cura por la Sierra.
¡Horrible panorama¡
Junto auna ladera de la lejana Sierra
Bajo el azuldel cielo
Ante las composiciones de colores que hacen los árboles
El padre pastor se la clavó al niño Azorín
Encima deuna roca sobre la cintura del follaje.
Las campanas, solas, tocaron aClamores
Pero el pueblo creyente calló
Porque, según cuentan
En aquella roca donde sobre el crio se abalanzó
Y su pequeña caña con dos guisantes
Quedó rodrigadapor la caña del pastor
Alzando el niño al cielo
Lamiendo su cogote
A su festín acudieron abejorros de leche
Surgiendo pequeños cursos de agua
Junto a manchitas de esperma escaso y maloliente
Realizándose el milagro de vivificar a quien la bebe
Y reverdecer la roca en sus raíces
Convirtiendo el lugar
En alegre sitio de romería.
Yo no lo vi, perola Vieja de Castilla, sí
Quien exclamó alverles :
- Qué asqueroso elconcierto
Entre elcura viejo y elniño verde.
El señor cura parecía un carnero desmochado
En corrales que fascinan a reyes y poetas
Por su sangre mística
Agonías de una fe inacabable
En paseos que van por la Cañada real
Hacia lasierra
Abriéndose a un carnal desmonte.