Camino la Avenida de la Paz, a la derecha, hacia la Avenida de Cantabria. Veo un repartidor de la empresa MRW que me hace recordar a mi hija que trabaja en sus oficinas y almacén, donde,en el sueldo, la putean, como esnorma en la reforma laboral que vivimos.
Salen de un portal dos tías buenas. Euna placa del portal pone "Notaria". Sigo a los dos buenonas, que me parecen dos putas hermosísimas.Ellas me miran de reojo ; yo ; yo las sonrío, siguiendo a su lado, y pensando : "Andando y sin hablar me llevan a follar".
Solo con mirarlas, me pongo a cien. Como un Asno. Mis fantasías pecaminosas me hacen decorar las carnes de sus culos tragones y hermosos. Tanto, que los pecados carnales chillan en la punta de mi capullo.

- Comotienen la cara tienen el culo, y aunque no se lo he visto, me lo figuro, me digo a mí mismo, tocándome los huevos, que me hierven, como a ellas sus carnosos y grandes labios, y sus ninfas o pequeños labios ; lo sé.
Arrimo un poco la oreja y las oigo hablar de intentar descifrar un problema.
Una de ellas le pregunta a la otra :

- ¿Cuánto habrá que pagar por 5 sacos de arroz de 60 kilos cada uno, a 3,45 € el kilo ?
La otra piensa y responde al mismo tiempo :

- 60 por 5 es igual a 300 kilos ; 300 kilos por 3,45 es igual a 1.035 €, que hay que pagar.
La una, pensante, se expresa así :

- 1.035 € dividido entre 30 € el polvo, salen 34,5 polvos, que tenemos que echar hoy, sea como sea.
La otra le susurra al oído :

- Mira, nos sigue este carabobo que viene tocándose los huevos, y tapándose la picha erecta. Este cae,¡seguro¡

Ellas doblan la esquina de la calle Segovia : Yo lassigo ; pero, al instante, me acuerdo de cuando una moza de Aguilafuente, y yo, de Fuentepelayo, fuimos a estudiar a Segovia ; ella, a un colegio de monjas, yo, al Seminario, y debajo delos arcos principales de su Acueducto, yo le decía, restregándole el culo :

- Esta mi polla para tu olla.
Respondiéndome ella, tocándome la polla bien caliente :

- Come mucha cebolla, que la cebolla engorda la polla.
Ahora, doblan la calle de Briviesca y, a la altura del treinta, entran en un portal cercano al Restaurante Pura Gula, frente al bar musical "La Nube". Suben las escaleras ; yo, detrás.
En el segundo rellano, entramos en unpiso, cerrando una de ellas lapuerta tras de mí. En el dormitorio de entrada, de frente, ellas se suben las blusas hasta la barbilla, sin quitarse el sujetador ; se quitan el pantalón vaquero y las bragas, poniéndose una, abierta de piernas, en ángulo agudo, y la otra, en ángulo obtuso, con aberturas casi iguales junto alrecto.
Con toda la jeta del mundo, me piden a mí, que estoy en ángulo recto, y erecto, con la picha a punto de caramelo, que las enseñe a hacer el francés natural, el griego y el sado.

- ¡Madre mía¡ qué culos, exclamé yo. Meparecéis jamones de la Sierra de la Demanda.
Pensando, me digo a mí mismo :

- ¡Manda huevos¡. Además de enseñarles a estas putas el saber chupar y tocar el órgano, tengo que pagar treinta Euros por cada saco de patatas. En total, 60 €. Mejor hubiera sido lamerme yo solo el cipote a la orilla del río Vena.
Empecéa cebarlas con el vicio de la Lujuria a estas marranas. Las llené de calostros su peludo coño. Fue divertido mientras mi duro amor se mantenía duro, y escupía lechosa baba.
Cuandose desinfló, me dio mucho coraje el tener que darles a cada una mis treinta Euros.¡Encima que ellas no habían aportado nada ; tan solo perdigones, que eran mis mordiscos, clavados en sus carnazas¡
Había que rellenar sus agujeros, y así lo hice.
Al salir del edificio, en el portal, cuchicheaban unos vecinos y vecinas, que me miraron con muy mala cara-
Antes de pisar la calle, volviéndome haca ellos, les dije :

- He venido a por mí gato, para darle su ración de carne.
Ellos se quedaron corridos, y yo corriendo, por si acaso.