El reavivamiento espiritual del creyente.
Según el pasaje de Esdras, al volver a Jerusalén, los judíos que pudieron regresar reconocieron su pecado.
En nuestro tiempo para reavivarnos debemos primero reconocer nuestros pecados, porque con facilidad se recurre a la inmoralidad con mucha facilidad. Se usa la corrupción como un medio para solucionar asuntos y esto no es lo correcto. La fusión con el mundo ha dado lugar a Iglesias mundanalizadas. Es tiempo de aceptar qué hemos hecho lo que debe hacerse.
Si no reconocemos lo malo en nosotros, estamos fallando.
Lo segundo para reavivarnos es reaccionar contra el pecado y actuar.
Dios tiene misericordia y no actúa con juicio inmediato. Que pasaría si Dios nos diera lo que realmente merecemos.
Una marca distintiva de un cristiano es que se lamenta por su pecado y busca como salir de estos.
En tercer lugar para reavivarnos debemos aceptar las consecuencias de nuestro pecado. Cuando un hombre está mejorando comprende claramente el mal que todavía está en él, pero cuando está mal cada vez lo siente menos, decía CS. Lewis y tiene razón.
Es nuestro deber reconocer el pecado y actuar con un verdadero cambio para reavivarnos de forma espiritual.