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Gudrun o el espionaje
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 Article publié le 16 décembre 2018.

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El escritor no hace ni se hace. Ni es o no es. Es una decisión indeseable. Exige una tenacidad que nadie llega a saber. Una rompedera de ideas hasta dar en pozo o torbellino de la pieza desfigurada. Calzar el vacío de la hoja en blanco. Luego escrita, tachada, salvar. Ahogar.

Lleva a desenfundar sobrenombre del sospechoso en el texto.

Elegir. El texto flota o se hunde. Pasarlo limpio y hacerlo orillar a los ojos de la inexperiencia que se afila en lecturas posibles. Prueba de la soledad del texto sin defenderlo. Que se sostenga sólo.

Y así pasa. El aprendiz saca sus páginas al maestro. Lo escucha atentamente. Parece capitán de barco en la tempestad de la creación. El grupo al garete unas veces, otra calma chicha. No encallar. Conocer la ola. El viento. Aprender a navegar.

Era un aprendizaje fluvial entre corrientes. Averiguar silencio del tiempo y del espacio. Andar en el agua. Aprender a nadar en la escritura. No ahogarte en el nudo. Desenlace de la embarcación era echar y levar ancla.

A veces a pique en la perforación del punto.

Monitorear de estrellas.

Cielos ofuscados excava.

Despeja luna atrincherada.

Ver en la oscuridad rocas del texto.

Estar atento al anclaje de duda de la imagen.

Se hace con el tiempo compendio de sí y no.

A posteriori del constante tornear el brujulear.

Intercalar palabras en crucigrama narrativo.

Fragmento de retratos.
.
Trozo del desaparecido a rearmar.

Anotar de obsesiones. Desenmarañar gudruñesco. Gudrun : la esclavitud del crematorio o la ola asesinándose en la arena. La mitad imposible de conocer del fondo del océano. Campo minado de la lengua a destapar a desarmar a desactivar a dar auxilio.

Anómala escritura que tiene por corazón hueco repleto de calaveras. Dizque alegoría la primera estructura de las sombras escabulléndose de la luz para dar en los apartados. Los gritos corren tras eco detonando crac crac crac.

El delito viste y desviste letras. Tras la mampara de la cámara de tortura se filma descabellado momento a revelar escena por escena. La tecla pide otra página, el borrador se rompe como tierra seca. Se cuartea la ficción embocada por las garras de acero.

Dado la nada de mil reflejos cambiantes del cuerpo de agua. Domador de locura interpuso sobre al mar. Olvido rastrilla guarida al polizonte y al policía uno tras el otro. Investigar traición, espionaje, sabotaje, carta blanca. Dar con la rama topográfica de la tortura, del calabozo, de la estructura interna y externa de la caza de los cazados en la cacería de los esposados a la desaparición.

Desasosiego de rutina algo busca.

Algo se interpone entre decir y desdecir : el espionaje o el nombre falso de la culpa entre victima y victimario.

Papel amputado eso del tal humano.

Sospecha. Condena. Persecución.

Confiscar de la memoria en campo de concentración.

Desflorar de la infancia.

Qué sabes del agua que no sepa la difuminación del arco iris.

Amenaza perpetua si el miedo se impone como carnívoro silencio y cómplice del peor rango.

Deshabita rastro eslabón. Rayuela de agua el nombre bastardo del espejo. Ancla carcomida por pesadilla y mástiles en arenas encunetadas en sombras. Llantos de eunucos postrados ante el propio dolor.

El escrito patalea, naufraga, aboga entre el cuerpo del delito de quién no y una postura radical. Agrega suspenso del por si acaso es de terror. Destraba eso de infundir noticia empañando o encubriendo el trasfondo de la autoridad con la omnisciencia despiadada. Cuando haces del nombre de alguien chivo expiatorio te conviertes en nada del espejo.

Palacio era su ley inimitable hasta con el reflejo.
El escritor no cuentea. Ni es matón. Ni es pedigüeño de limosnas de tarimas. Ni es soplón. Escribir no es estado de sitio para el escenario del personaje. Ser : ninguna mujer o ningún hombre. Luego : Ninguna. Ninguno.

Ningún atisbo saber algo de nadie.

La escritura explora sin dinamitar…

Duda : no existe si taponas la grieta del suceso. El conflicto explota.

¿Quién es quién dentro del mito de Gudrun en el tapiz de la sangre ?

¿Aún la ternura acaso salvavida que apacigüe o despunte la ira o el camuflaje del instinto ?

A pretexto del orden y del control totalitario o disfraz de normas se subordina la lucha a una persecución sin precedentes. Recuerda que el rencor es una mancha que somete toda vida.

Al macho y a la hembra acosa impulso. Atosiga delirio carnívoro esa posesión sin más. A falta de palabra la imprecisión acosa y acusa y esconde la tortura de la imagen de un sexo gigante extendiéndose monstruosamente como una esvástica nazi.

Y el cuerpo no es el problema. Es el anzuelo para la jaula…

La idea de sentirse devorado te hace vulnerable y presa.

Entrometida nada en el vacío o vaciar del poder la agonía del superyó sobre la masa del uno y de los unos. Detente de la proliferación en una tierra con y sin abono del contraste. La aniquilación desde mapas. O la disfunción de la ley recortar artículo, sujeto. Y predicado...

El papel se calcina con tu pugna al tocador de Sade. Déjalo, ya escribió bastante de lo perverso y de las mascaradas del masoquismo y confesiones de "los infortunios de la virtud". Vete a rebuscar en los basureros, excusados o laboratorios clínicos si te das de investigador de primera para los casos detectivescos del crimen. A veces, un parásito, un virus, un hongo, un camuflado ataca por sorpresa.

El escritor tiene a veces diarrea, estreñimiento, retortijones, calambres en el ombligo ; ponte a pensar tú cuantas has pasado cuando el texto se hace tuza seca y no se deja expulsar por el intestino del geniecito apoltronado en bacinilla de la evacuación. La cosa no es patética si desgranas tus sesos algo así como el choclo para tu pedido y tirarlo en aceite hirviendo en la paila.

Mazorca : montaña para saciar, desgrane de cada uno sin empuñarla como un trozo de poder. Tuza, hojas y pelusa del jarabe para caber en el protector mata hambre, salva y arma aborigen se crea. Pequeña diosecilla como Valdivia desparramada en mar orillando metamorfosis.

A crear nexo con el lenguaje, con la palabra, a reponer vínculo con tu quién. El deseo no es perpetua tragedia. Humanizarse desde el deseo casi como epifanía. Manda a la muerte al fondo para que no te embarres, aunque aparentas tan pulcro por eso de hacer de la ley un coma...

Esclavo de la carnada. Interrumpe confianza. Bracea la angustia a ningún lado. Que no te pierda ese impulso de no tener pena, ni piedad, ni emoción por nada, ni nadie, ni de ti. Desentiérrate del atolladero del lenguaje de enmiendas sin ataúd.

Manta de soledad esa libertad que se amontona en cada tumbo.

Telar de volcán y ola una de tantas escrituras de la tierra en fuga de la nada. No queda claro el charco que omites, desgarra como escupitajo lo demás. Da espacio con corte que oses derribar la hipótesis sin lugar en la carnada. Para que no se convierta en tajo como eso del fakir..

Contestataria voz confrontando psique sin nicho. Nadie puede escapar del pensar a menos que rayes con delirio de arena agonizando. No estás en el objetivo del caracol. Si acaso tenga como bosquejo contener secreto de algún océano.

En rueda verbo se descarrila si a punta de hierro sometes tierra que gira en perinola de dedos que confunde al mundo como dado. Cada quién se juega vana actuación. El cuento rechina como gaviota estrellándose en la roca. La contraportada de la memoria no se ajusta al prólogo del crimen. Hay tanto epílogo sin destinatario en formatos de cuerpos sin carátulas, sin nombres.

Cada ser está fuera de toda prueba a sí mismo. Forastero de corrección. No hay ensayo posible que garantice triunfos sobre estampida de lo extraño. El cuerpo sale de la cita con el dolor, huraña tristeza la orfandad desmadrada.

Impera sentido de navegante. Resguarda barca del viento, de la tempestad, del contra masas del silencio dentro del firmamento. Solo que de la muerte nada. De la vida todo es posible. El incompleto silencio del náufrago envuelto en olas prisioneras.

Inventario huérfano tacha pensamientos.

Calma chicha ladea.

Cuenco desagua hundimiento de claraboya.

Aproxima eco de olas en puerto sepulcro de prosa del mar.

Escritura filial : consonante de caricia del vértigo que no contará la historia.

La palabra travesía, desacierto, acoplo, marejada. Embestida de ruptura, eclipse del borrador del suicidio. Eco del fracaso de encontrar frescura, quietud y fidelidad en el propio cuerpo. Pensar es nada si la vacuidad es un atolladero de emociones y salpicas con el doble de tu yo y se lo quieres chantar al otro como adversario.

Decisión : escribir. Escritor no está dicho. Dicha del susodicho eslabón del abordaje en cuestión. Preocuparse por serlo antes del papel inaguantable de no todo está. Ni nadie tiene remate de palabra ni siquiera a la hora del ratito ese.

Del nacer al ocaso grieta de principio a término.

Cesa caos de impase mitad bestia mitad criadero humano. Triza del ungido desanda cuerpo.

Anuncia presencia. Pelícano traga pez varado en barranco. Confirmación de mutante controversia la travesía en secuestro de la sombra. Nunca más otra vez días fueron la otrora. Ordeña la escritura intervalos del cadáver deletreando prisión de la vida.

Asoma en pasillo del sueño ejército de alucinación.

Como coleccionista de mariposas ensarta a imaginación pieles disecadas. Aleja la fabulación del escritor y el cuerpo andrógino de la guerra. Ello : ritmo de vida desencontrada. desata embarcación temporal del cactus.

Último vicio del yo : la imagen desnuda encarna la muerte.

Historia de evacuación del principio del final.

Verbo acápite del titubeo.

Descanso flota.

Sigue escribiendo.

Mortalmente sin escapatoria.

Gudrun con rollo de papel higiénico limpia fantasía de la muerte.

Hay que andar con cuidado en roca de la desolación y de los raspones del fetiche.

Hermosa caverna guarece isla del ermitaño.

Danzarina en línea de cuerda del personaje o del escrito una vez que hoja vacía hace de antesala a la nada. Amolda forma con puntita de sus dedos de los pies. Abre sus brazos como garza cubriendo con sus plumas al crío.

Queda esculpida tal belleza del génesis sin exilio inesperado para el personaje/ autor. Restringido y reducido superyó al tamaño de grano de arena para debilitar picotazo pulsional. El vacío no tiene idioma ni celda ni habitación propia como dijo la escritora que se ayudó a hundir con piedras en los bolsillos del abrigo para no fallar en el río. En otro espacio esto Carmen.

Saca del exilio piedra sin forma.

El escritor sale del encierro.
Deja de teclear máquina

Queda hoja a mitad. Estrella fugaz lo repentino que debe estar tan lejos o al fondo del cavernícola...

La busca. Tantea con la mirada hasta dar con sus ojos.

Mar no se va por las ramas...

Le sonríe con tal radical belleza la heroína de su último viaje.

Ella con él protagoniza argumento que no se narra, que viven, que es la novela prófuga del relato.

Los dos.

Ambos se descubren en el abrazo.

Isabel tiernamente lo cubre.

Él se descubre.

Nunca más será omisión de huella.

No más solo.

1990/ 2018

 

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