Escenario.- El Hombre está vestido de forma casual y, con una pierna cruzada sobre la otra, en un sillón con imagen de una arroba cibernética. Al abrirse el telón comienza a hablar.
El Hombre.
Desafortunadamente, vivimos en la época de una contracultura muy alejada de la de los años sesenta con su "amor y paz", sus hippies y su lucha contra Vietnam y su napalm a la medida.
La de hoy es un desfase. Una cultura emanada de las redes sociales, de un buscador de internet, que les estruje el cerebro. Deberíamos ser más cultos, mejor informados y está sociedad se cree todo lo que dijo facebook como si fuera palabra santa. Face ha sustituido el pensamiento critico, y tiene peso. Ya no se imaginan cosas, todo es tragable. Facebook es como la mente mundial, dónde los vídeos, las imágenes, los likes son el peso cultural, de más de 2000 millones de humanos. Pesa más que varios países juntos y rompe fronteras e idiomas.
Si salió en el facebook, ya es aceptado, sin remilgos. Una contracultura que cuestiona todo, y acepta lo que se diga en la red sin averiguar. Es el compañero de noche y día, refugio de solitarios. Ya no estás solo, tienes una comunidad internacional, que subyace en el fondo del subconsciente. Unidos por la red, pero más solos que nunca. Facebook domina y controla, el resto, las demás redes solo acaparan el resto.
¿Dormidos en las redes de Facemorfeo ? Si.
Una sociedad cibernética, con un corazón de bites, bots y diagramación. Alma de código binario, hundida en el control total de quienes, tras bambalinas informáticas, deciden que compras y crean gustos, para que seas parte de la noria, y gires minuto a minuto, su caja registradora. Un cero y un uno, la esencia de la contracultura de hoy.
(El Hombre toma una laptop, la abre, y empieza a escribir en ella. El telón cae terminando la obra).