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Article publié le 19 avril 2010. oOo INVISIBLE poema de OSCAR PORTELA Dispuesto ya y con el temple en calentura exacta, estoy conmigo mismo ya arrojado al camino, sin soliloquio alguno, Ay, y con pocos pertrechos para cruzar la última frontera, la que conduce a soledades últimas. Invisible se acerca a mí la parca- el remero es hermoso – y me animan a la fidelidad que exige el sino. Yo elegí ésta mi suerte y es esta puerta mía - este desierto mío – y no saldrán palabras de mi boca, ni imprecaciones o torpes maldiciones para negarme al viaje : preparado esta todo y la última e invisible frontera, distante está, todo desierto – hielo o silicio – para continuar en soledad total escrutando el planeta elegido. Soledad invisible, muerte del canto, que ya nada revela sino la nada de soledad que la hermosura de la vida hace más grande todavía. No soy digno – no – de haber elegido este camino. El de la oscura noche – el de mudas palabras – el que apostata y mártir ya sumados en uno, depositan en el calvario del goce que aumenta con cada paso, en el silencio puro, y ya sin nadie a quien decir - heme aquí ante tu cuerpo - ante tu casa, necesito posada. El posadero ha muerto y la fidelidad con el se ha volado hasta el cielo. Dispuesto estoy y con pocos pertrechos. Ha llegado el momento : si Dios también tiene su infierno - séptima soledad – el mío es este. Ya no volber el rostro hacia el pasado, no retornar los cantos a la aurora y buscar nuevas fuentes en el desierto extremo del amor. |
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