El viaje del Fenix
El eterno retorno de lo auroral y de la primavera como escena primordial de
un mundo que anuncia la revelación de su fin : el poeta a pesar de arriesgar en
el lenguaje su lugar en el cosmos y ausencia de guarida, celebra el vuelo como
despedida, pero también como eterno retorno de lo "mismo".
- Maikel Castro o la obertura de la Consagración de la Primavera.
- A pesar del estar desprotegido, el poeta apuesta al vuelo de las despedidas, pero también al Eterno Retorno de lo Mismo : OSCAR PORTELA
Entre tus muslos calidos, allí donde
las lunas pálidas dormían
calla el jilguero ahora
y los pasos que conducían
a los sueños se demoran
en busca de los jardines mustios
donde el deseo levantaba su vuelo
en búsqueda de las coronas
de mirtos y de las alas
que conducían a paraísos
donde todos los goces y los sonidos
de los vientos, las agua, y las arenas
del oro son posibles.
Levanta pues tu vuelo ya, deseo.
Espera solo el crepúsculo y
la quietud del vacío que por años
corre, se desliza : en tu lugar
vendrán los otros y la sonata
de la primavera otra vez
llegará – lo sé – en los colores
de la carne y en tus labios
fatales, Maikel Castro, obertura
de vida y muerte, de circulo vicioso,
mientras las imágenes se hacen pálidas
y ya solo busco dormir, dormir, dormir…
Levanta vuelo deseo, desde los bosques
donde reinaba el fauno,
o Pan abría luces
y la música que reinaba
en tus castos oídos llenaba
las esferas de zureos y gozos,
que marcaban el movimiento
de los astros.
Levanta ya definitivamente
el vuelo de la alondra, oh deseo
de más vida- oh mas muerte y pósate
en la frente de Maikel,
ora frente a su sombra,
pues ahora que dejarás abiertos
cielos y verás levantar
el vuelo del deseo, sabes también
que volverá en las notas
de su sangre y de su semen,
el retorno de todo, las caricias
del sol, entrelazadas manos
hundidas en lo imposible
del placer del rocío
que se irá como la sal del mar,
para que mis cenizas tornen
a tu cuerpo, Fénix de la belleza
del instante, y de la primavera
mientras el vuelo de la alondra
dice, Eros es todo y yo su esclavo
así como en crepúsculo,
ah Maikel Castro,
mañana, mediodía y noche
de una historia que se repetirá
por siempre, el vuelo del deseo
en el vacío, sumergido ya el sol
entre las aguas, como tu
semilla en el poema
de este acto de amor
en que tus órganos
hacen de mí su soplo,
su espejo y su diadema –
y de la alondra del deseo
solo un símbolo.
poema dedicado a Melan