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Prix Chasseur de poésie 2012 - Santiago Montobbio
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 Article publié le 1er mars 2012.

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Le Prix Chasseur de poésie 2012

est attribué à

Santiago Montobbio

Le jury a été séduit par son évocation de Barcelone, empreintes d’une poésie de flâneur né, et par sa réflexion sur le fil de l’écriture qui donne au poète les clés de la ville.

Note de Jean-Luc Breton
Santiago Montobbio est né en 1966, et les premiers poèmes de Hospital de Inocentes datent de 1985. La jeunesse du poète a de quoi nous surprendre, tellement sa culture, la maturité tranquille de sa vision et la robuste limpidité de sa langue témoignent d’un tempérament d’homme et d’écrivain très affirmé.

D’emblée, la parenté de la poésie de Montobbio et de celle de certains de ses grands prédécesseurs espagnols, Alberti et Machado en particulier, nous frappe. A partir d’images simples, empruntées au quotidien et à la nature, il évoque le “sentiment tragique de la vie” qu’Unamuno plaçait au fond de l’âme espagnole, ou ce “passage éphémère” que Cecil Day Lewis citait comme “le thème poétique par excellence”. Les fantômes du vent, les “eaux orphelines” “un amour, une ombre, un oubli” sont les symboles favoris de cette poésie du passage, comme les vies qui “passent comme rien”, sans bruit, avec simplicité, dans le silence.

>>Voir la rubrique de Santiago Montobbio dans la RAL,M<<

Consultez la rubrique ci-dessus pour lire ses livres déjà publiés en Espagne (Los Libros de la Frontera) et en France (Éditions du Cygne).

[Téléchargez la revue T&P 78] : 20 poètes, dont Santiago Montobbio : poèmes extraits de LA POESÍA ES UN FONDO DE AGUA MARINA.

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Commentaires :

  Barcelone en flânant par Santiago Montobbio

A raíz de la inesperada y estimulante noticia de la concesión del Prix Chasseur de poésie 2012 escribí una prosa, titulada “Barcelone en flânant”. A la poesía, como se comenta en ella, sucedió la prosa. Tras los poemas, la prosa, como estos poemas por otra parte ya anunciaban y hubo quien así lo supo ver. Poemas sólo ocasionales entre la prosa, y luego ya prosa -hermanada con la poesía y llena de ella. Y luego otra vez poemas. Volvieron los poemas. Porque las cosas cambian. Las cosas cambian y son las mismas. Así algunos de los caminos, proyectos y posibilidades que anuncia esa prosa escrita el 2 de marzo de 2012 no llegaron a término o no se hicieron, alguno cambió y no se dio. Así el título del libro que proyectamos quedó, al fin, en “Barcelone Poésie” y no en “Barcelone en flânant”. Cambian las cosas, proyectos anunciados o preparados no salen, pero no cambian y permanecen las intenciones que los animaron, las verdades que se supieron sentir y ver. Este texto escrito entonces, a raíz de los pensamientos a los que me llevó la noticia de la concesión del Prix Chasseur de poésie 2012 y de las razones esgrimidas para ello, lo conoció en ese momento Patrick Cintas, y pensamos que podríamos hacer algún uso de él en la editorial o la revista. Las cosas cambian y a la vez de alguna manera siguen intactas, si verdad tuvieron y dijeron, y pienso ahora que este texto encuentra quizá un lugar apropiado en el foro “Masse critique” que ha nacido en la RAL,M, pues se escribió también en parte como un comentario a una noticia, a algo publicado en ella, como se pretende sean los comentarios que este foro constituyan. Éste es, en este sentido, un comentario anterior y previo, y que puede ahora, pienso, encontrar su lugar como tal. Y ser reflejo también de un momento, de un sentir y de un pensar, de una visión de las cosas y una manera también de sentir, ver y emprender la escritura, que comenta el mismo texto se ha sabido, se supo ver en su particularidad y su verdad. Las cosas cambian y permanecen. Lo fugitivo permanece y dura. Me agrada pensar que lo escrito en otro momento pueda volver a tener ahora otro momento para él, y se pueda leer como un comentario de lo que sucede y se da noticia en la intensa vida de la RAL,M, en la respiración y los latidos ocultos, la secreta verdad de la poesía y de la prosa que en ella han ido apareciendo y sobre su raíz y su verdad en este texto en prosa se comentaba en ese momento al escribirlo, y puede leerse de nuevo como un comentario vivo, vuelto a ser y a la vida en ella ahora a través de “Masse critique”.

 

S.M. - Barcelona, 23 de febrero de 2020

 

 

BARCELONE EN FLANANT

 

 

Llego el miércoles de pasar el día en Sant Jordi y me encuentro con un mensaje de Patrick Cintas titulado “Prix Chasseur de poésie 2012” y que dice : “Hola Santiago,/ Acabamos de publicar nuestra antología de poesía. Una selección de 20 poetas, tú incluido. Recibirás un ejemplar pronto (necesitamos una dirección)./ Nuestro “Prix Chasseur de poésie 2012” te ha sido otorgado. Dos de tus metas nos han seducido : la Barcelona que se parece a tu prosa poética por su ritmo de caminante y la experiencia literaria original que describes en el prefacio de tu último libro./ Dos razones para saludar al poeta./ Como consecuencia de este premio, podríamos proyectar juntos un libro de poemas tuyos, vertidos al francés, con el fin de publicarlo en Francia y por qué no en Catalunya. Claro que con tu Barcelona y con tu reflexión sobre la poesía./ Anunciaremos la noticia del Premio la semana próxima en la Prensa y luego, si te parece bien, nos pondremos a trabajar para participar en la difusión de tu obra en Francia./ Un saludo amistoso,/ Patrick Cintas”. Es una sorpresa, y contesto para agradecerlo. Me habían pedido ellos, desde la editorial, participar en su antología anual que publican en un libro, y entre cuyos participantes sería premiado uno, premio que implicaba la publicación de un libro. Dije que sí, porque han dispensado siempre una buena acogida a mi poesía. Me llamó la atención, o me fijé, cuando vi los poemas que habían elegido, que eran sobre Barcelona, y ahora lo destaca en su mensaje Patrick Cintas. Sin duda, les ha gustado. Y hoy viernes recibo un mensaje de felicitación de Jean Dif por la concesión del premio y la publicación del libro que conlleva. Y le contesto al punto, con la generosidad y el afecto que por él siento, el agradecimiento por su aprecio hacia mi poesía y sus bellas traducciones, que han permitido que estos poemas nuevos se dieran a conocer en libro y en París antes que en ningún sitio. Así se lo digo. Y más cosas. Escribo sincero y desde un intenso afecto. Pienso luego que si me felicita por la concesión del Premio es que ésta ya se ha hecho pública. Busco la noticia y leo : “Le jury a été séduit par son évocation de Barcelona, empreintes d’une poésie de flâneur né, et par sa reflexión sur le fil de l’écriture qui donne au poète les clés de la ville”. Destaca las dos componentes, ya como motivación de la decisión del jurado, que me adelantaba Patrick Cintas en su mensaje, y la hacen una.

Los poemas de Barcelona, y Barcelona en los poemas, poesía y Barcelona. La editora de El Bardo insistió en que los pusiera. Deben gustar, o pensar que gustan, y me he fijado que en su colección hay un libro de José Agustín Goytisolo que lleva este título : “Poeta en Barcelona”. Y parece que quizá quiere hacer un libro así este editor francés, por lo que indica, y he visto que quizá lo hará él, pues sabe castellano y ya ha traducido a algún poeta de mi idioma. Mis poemas, dice en esta sucinta acta del jurado, son los de un flâneur né, y pienso que es cierto y también que es muy francés, y recuerdo de pronto –mientras, de hecho, ando por la calle en el sol de hoy, por Mayor de Gracia, me paro en la librería de “els jardinets” donde vivía Espriu y sigo, y soy un paseante, un flâner- el conjunto de postales de principios de siglo que han venido de casa de mi abuela y que tienen este título : Paris en flânant. Y también, que si este editor quiere hacer él la selección a su gusto, y en él está el que el libro lo formen los paseos por Barcelona, y los poemas que resultan de ellos, puedo sugerirle este título : Barcelone en flânant. Como una guía de postales antigua. Quizá le guste, o quizá no, pero de pronto recuerdo este título tan francés de las postales antiguas de París que tengo en casa, y lo uno al enunciado del jurado que me otorga el premio, y que dice que mis poemas son los de un flâner né, pero por Barcelona y no por París, y que por ello podría sugerirle este título. Que recuerda el de Goytisolo en mi editor de aquí, aunque no exactamente, porque es más francés, y francés será este libro. Pienso que, si ha de tener un título en castellano, puede ser “Barcelona a pie”, aunque el francés es intraducible. Y, además de Barcelona, y de mis paseos por ella, de los que resultan los poemas, destacan la reflexión de la poesía, y en el mensaje que encontré el miércoles al llegar del Ampurdán el editor me hablaba –sabemos- de la experiencia original de creación que relato en el prefacio a mi último libro. Y pienso que pueden unirse, como luego han hecho, y hermanar y fundir la poesía y los paseos, sencillamente porque es verdad y resulta cierto, y recuerdo un poema que da a esta unión fundamento. Dice : “Me persigue una música y yo la sigo por la calle./ Mi silueta dibuja, dentro de mí mismo./ Esa silueta y esa música me asaltan/ mientras la nada en ellas se deshace/ porque las palabras a pesar de su fuerza indagan/ y exploran y adivinan. Son/ revelación y abismo. Así mis pasos/ y mis versos nacen/ y se conducen por la música/ y hay una luz en ella/ que rompe lo oscuro del camino. No quiero/ que esa música se pierda y en su aliento/ yo sea un abandono. No quiero que el olvido/ me engulla a mí en esta música que por la calle sigo./ La música es la patria del que pasea, del que busca,/ del que anda y respira, del que puro y limpio/ hacia su alma en el aire se encamina./ La libertad y el mar son una música”. Pienso en este poema, y sé que es cierto, y que lo es ahora, pues recuerdo el título de las postales antiguas de París, el que mi editora dio en su colección al libro de Goytisolo, este acta del jurado, la poesía y los paseos mientras doy uno y ando por la calle. Y pienso que “El paseante” es el título de un breve poema, de un dístico, de cuando empezaba a escribir poco y se anunciaba el abandono del escribir, un poema breve del 90, o 91, o así, poema último y que lleva este título y enuncia ya esta verdad. Ya estaba así sentido entonces, y ahora lo recuerdo, y que dice –creo- que se encuentra la poesía en cada esquina. (Entre paréntesis lo busco, para traerlo aquí y contrastarlo con mi recuerdo : “De mi arte ahora calderilla sólo queda./ Pero no sabemos desde qué esquina la poesía nos espera”). Esto dice, y dice bien, quizá no exacto y mejor que en mi recuerdo, más verdadero. No en cada esquina sino en una esquina, en cualquiera, no sabemos en cuál : allí puede aparecer la poesía, esperarnos, nacer. Despertar. Así aparece y se da la poesía, así ocurre en los paseos, y sucedía también entonces. También se nutrían de paseos los poemas de juventud, y estaba Barcelona en ellos, tal como era y quizá está sólo ya en mis recuerdos, esta Barcelona que no sé ya si existe o está solo en mis adentros. Ya estaba en los poemas, poemas que eran cuentos, porque contaban y narraban, y de los que vienen estos poemas y paseos, y los poemas narrativos extensos, llenos de historias y recuerdos, con tanta vida adentro, y esquinas y recodos de esta ciudad. Estos poemas de ahora enlazan y continúan los de entonces, y como una deriva natural han traído ya la prosa, que se anuncia o está en ellos. Y sin saberlo, sin saber que han llevado a escribir prosa que los sigue y complementa, Patrick Cintas me habla ya de prosa al referirse a ellos en su mensaje, la prosa que ya hay en ellos, y la que de ellos nace, como ésta ahora, y como tantas.

Vuelvo a casa, tras este paseo, y le comento el posible título, la posible versión castellana, a mi madre. Y queremos dar un paseo antes de comer, y lo hacemos, para disfrutar del sol y el aire. Ahora también vamos a dar un paseo, me dice mi madre, como para señalar cuán verdad es ese título, o la unión de poemas y paseos, y no una mera ocurrencia o ya no digamos una argucia. Es una verdad que han sabido ver en Francia, o que han percibido y destacado. Y salimos a dar un paseo. Pensamos andar y tomar algo por la Rambla Cataluña, y allí vamos, pero no hay sol, y nos volvemos al Paseo de Gracia, porque allí sí hay. Un rato al aire, con una cerveza y un cortado. En un paseo.

Desde Rambla Cataluña hemos cogido la calle Mallorca, y hemos entrado en la galería Súbex. Recuerdo que esta exposición acaba pronto, y veo que sí, mañana. La vi por primera vez hace dos semanas, justo cuando llegó mi participación en esta antología francesa, y vi que habían elegido estos poemas de Barcelona, y uní estos poemas a los cuadros de Albert Sala, también sobre Barcelona : uní poemas y cuadros en mi sentir, lo sentí como una coincidencia, y mientras los disfrutamos veo que mi madre también lo siente así, porque me dice : “Esto también son paseos”. Porque hemos hablado de los poemas y los paseos, del flâner né del jurado, del título de las postales antiguas de París y del posible a sugerir –Barcelone en flânant. Y estos cuadros, sí, son paseos, como dice mi madre. Me ha dicho hace poco, al hablar de estos poemas, que ella sale continuamente diciendo algo, como si le diera vergüenza, o viera por los poemas que tantas veces dice algo. Para consolarse o matizar este descubrimiento o sonrojo, precisa : pero no salgo diciendo cosas malas, digo que el Paseo de Gracia es bonito, y cosas así. Y es verdad. Porque mi madre dice cosas amables, y cosas ciertas, y así sale. Y ahora dice que estos cuadros son paseos, y vemos otra vez la entrada de San Pablo, la Plaza Real (le comento que no salen las fuentes, y que son de Gaudí, aunque se nota que son un trabajo primerizo), sus porches, las sillas de los bares en ellos, las Ramblas, el Liceo, la manzana de la discordia, la casa Batlló en primer término. Nos fijamos especialmente en el interior de la Pedrera, y comento la belleza extraordinaria de esa tela de araña que es su puerta, y la belleza de este enfoque, vista desde dentro, y cómo le da la luz que viene del patio. Como si lo viera y pintara también quien allí pasea, quien ha entrado dando un paseo, ha admirado y gozado un poco su patio interior, y desde él va –y con él la luz- hacia la tela de araña o la puerta. En un paseo. Así en este cuadro que es también un paseo, y así tantas veces yo, aunque de tarde o noche, al salir de un concierto allí en sus salas de abajo. Al volver de la música y el paseo. Al final hay algún cuadro de la exposición, y veo a la chica de la galería en el despacho del fondo, y por una vez le digo : “Una exposición estupenda, como siempre”. Por una vez, y es muy justo y hago bien, y ya puedo hacerlo y ellos así pensarlo, pues me ven continuamente entrar en sus exposiciones, disfrutarlas y verlas varias veces. Como ésta. A ver si vuelvo mañana por la mañana, en otro paseo, o cuadro, o poema.

Ayer música, y hoy Barcelona y los poemas y los paseos. Mientras subimos el Paseo de Gracia, ya de vuelta le digo que escribiría una prosa sobre esto, y sobre la música de ayer, y cómo es curioso que de todo ahora nace prosa. Le recuerdo una afirmación de Julio Ramón Ribeyro, en que dice algo así como que si uno es cuentista ve el mundo en cuentos. Y ahora yo lo veo en prosas, de los días y las cosas salen prosas, como antes poemas, y son prosas que continúan los poemas, prosas y poemas también paseos. Al oír el nombre de Ribeyro mi madre dice qué bueno era, es, y que ha de continuar su lectura. Tuvo que dejarlo, pese a encontrarlo buenísimo, por demasiado triste, y no aguantarlo, e igual le pasó con Aldecoa. Y le digo que ha de retomar la lectura de los dos, los dos unidos en su tristeza y también en la profundidad y la verdad de su arte.

Una prosa sobre la música, así lo sientes mientras dura el concierto, y una sobre Barcelona y los paseos, o sobre “Barcelone en flânant”, y que sientes precisamente en el aire de la calle, en un paseo. He dicho antes que en Francia han sabido ver o apreciar o distinguir esta verdad. Recuerdo que en la conversación con una traductora, ella me indicaba si no creía que en Francia habían sabido ver en mi poesía cosas que aquí no habían visto. Bueno. Hablo, al responderle, de que Francia es tierra de acogida, y de la generosidad de Francia : cómo ha tenido ya desde el principio una buena respuesta hacia mi poesía, y la ha acogido. Y ahora aún podría decirlo más, pues este premio imprevisto y que no he buscado me trae un nuevo libro en ella y su lengua. Así aún es más cierto. Y también quizá, como me sugiere esta traductora y crítica, que además de haberla acogido la ha comprendido. Aquí hay una verdad, una verdad que susurra esta crítica y que en mi poesía ve Francia, para mi poesía y para ella tiene y trae. Quizá no había dado suficiente fuerza o relieve a este matiz, a este aspecto que ella sugiere y es fundamental, y que es el de la comprensión de mi poesía, la de asumirla y saber ver en ella. Es una verdad. La verdad de mi poesía y de Francia, la verdad que en ella Francia sabe ver. Como sucede ahora, y pienso así con ello. Ahora, desde luego, destacan ésta. Pienso en esta observación de una de mis traductoras sobre todo porque recuerdo que me preguntó por Barcelona, y que yo contesté y hablé de la ciudad como experiencia moral, de la ciudad metafísica y anónima, del paisaje de todos que es también. Pero ella insistió en su posible concreción, ante esta respuesta general. Y yo pensé que había algo cierto, y que era verdad que Barcelona aparecía en estos poemas de una manera más concreta y más real y también más íntima, más ligada a mi vida, y que hundía sus raíces en mi infancia. Y que constituía mi vida. Y que en estos poemas Barcelona era, como en verdad lo es para mí, una experiencia íntima. Y así es. Es una verdad, en la que me adentré y formulé a raíz de sus preguntas, pero que está y ya estaba en estos poemas, en que Barcelona –como el pasado o la infancia- aparece de una manera más amable, y más íntima. Y al preparar las conversaciones para su publicación pensé que debía completar este aspecto, y ahondar en él, o explicarlo más, sencillamente porque era verdad y así era Barcelona para mi vida y así estaba en los poemas. Y lo hice. Con mayor o menor acierto, intenté explicarlo, glosar este sentimiento y realidad. Aunque era sólo una glosa, y, como tal, no hacía falta. Porque es una verdad que ya está en los poemas. Que quizá no había tenido muy presente, y que desde luego no escribí de manera programada ni para que saliera en ellos Barcelona, pero que lo hace de manera muy natural y muy real, y muy íntima, como es esta ciudad para mí y en mi vida. Esta verdad que está en los poemas ahora en Francia aprecian y distinguen, y unen paseo y poesía, paseo o poema en Barcelona y es verdad para ellos que los constituye. Y es bienvenida esta apreciación y este sentir, y también la posibilidad que desde ellos, estos poemas y paseos por Barcelona, y esta poesía que se encuentra y aparece mientras se pasea (y la de que en estos paseos se dan o están las llaves de la ciudad, de Barcelona desde su paseo y su poesía), formen un libro que trae como un regalo Francia y que se constituye desde esta verdad que está en los poemas y ellos han sabido ver y apreciar, y para el que les puedo proponer un título francés y antiguo : “Barcelone en flânant”.

 

Barcelona, 2 de marzo de 2012


  Vuelta a Roma par Santiago Montobbio

Queridos amigos :

Me alegra poder comunicaros la aparición de un nuevo libro, titulado Vuelta a Roma, y que quiero ver en estos momentos como una esperanza.

Se ha publicado justo en este momento, en la particular situación en que estamos, para todo, pero también para la cultura y los libros. La presentación del libro tenía que tener lugar mañana 25 de marzo en el Ateneo Barcelonés, en el Aula Maria-Mercè Marçal que tiene en él la Asociación Colegial de Escritores de Cataluña, y no ha podido ser, claro, como todo lo previsto para este tiempo.

Acompaño su nota de prensa. Está y estará disponible en Casa del Libro y otros lugares en versión electrónica ; está y estará disponible, en fin, como lo pueden estar los libros en este momento.

[nota de prensa]

Me alegra, como os digo, poderos comunicar su aparición. Espero también que su título, Vuelta a Roma, sea un buen augurio, y pronto podamos disfrutar de una vuelta a la poesía y a la vida, de una vuelta a Roma, que es la vida.

Mucho ánimo y un abrazo,

Santiago Montobbio


  Vuelta a Roma de S. Montobbio par Berta Sánchez de León

Con motivo de la presentación de Poesía en Roma y animado por aquella extraordinaria experiencia poética reflejada en sus páginas, vuelve Santiago Montobbio a la ciudad eterna. No sabe lo que le depara este retorno pero pronto se sorprende escribiendo febrilmente y vertiendo su actividad en este nuevo poemario, Vuelta a Roma.

Vuelta a Roma es el resultado, por una parte, de esa incertidumbre intrínseca al poema que anida en la oscuridad. Por otro, el poemario también es el fruto de la precisión poética que ofrece la ciudad. El mismo autor nos aclara este concepto y afirma que la poesía es precisa porque instintiva y hondamente la ciudad de Roma ya predispone a una actitud poética.

Bajo estas circunstancias, el poeta vuelve a recorrer las calles, plazas y barrios de la ciudad a través de su mirada y con sus pasos vislumbrará los poemas. El vislumbre, sin ver enteramente, acaba adivinando y trayéndonos la poesía.

El poeta ha querido plasmar en sus versos la grandeza de Roma. Santiago siente que la ciudad late con fuerza dentro de él. Evoca la figura del padre en su exilio allí, los recuerdos de su progenitor y el peso que ese pasado tiene en su historia personal. Reconoce vislumbres de España en Roma como la “solitaria” iglesia de Montserrat que le habla de él mismo. Además, halla vislumbres de otras ciudades italianas como Nápoles y Venecia en algunos edificios romanos. (“Son estas mis Romas, mis Venecias. Lugares del alma, para el alma. De ella y para ella también vislumbres.”)

La ciudad sobrepasa la capacidad de descripción del poeta. El poeta confiesa que se queda sin palabras en algunos lugares “(…) Templo de Adriano. Piazza di Pietra. Roma en casa, en mi cuarto. En mi alma. Esta noche también en su belleza, sin adjetivos ya que puedan calificarla.” Piazza Navona, otra España en Roma, es, según Montobbio, “uno de los pozos más hondos de la belleza”. Paradójicamente, la imposibilidad de describir le provoca que afloren los versos visitando iglesias en el Trastevere, plazas elegantes y redondas, escuchando el repique de unas campanas u observando la incidencia de la luz en algunos edificios.

Otro hecho poético decisivo en esta obra es el inesperado hallazgo de la taberna del Vicolo del Gallo abierta. Se trata de un establecimiento muy especial para la memoria sentimental del poeta. Santiago acudió hace diez años allí y se llevó una impresión inolvidable. La incertidumbre común a la actividad creadora y al vivir es uno de los hilos poéticos que recorren toda esta obra. El poeta sentencia un solemne “Roma es de la vida.”

 El autor incluye inesperadamente el concepto de bondad en Vuelta a Roma. Santiago ve en la bondad un pozo en “el que nunca le falta agua” y “la verdad más pura del alma”. Esta virtud se rescata en un entorno de conceptos sobredimensionados como la belleza, el alma, el misterio, la noche, la vida o la muerte. “Si el amor y la belleza pueden herir, nadie puede resentirse de la bondad ajena”, afirma Montobbio.

Vuelta a Roma es la corroboración poética de que la ciudad eterna forma parte de la vida del autor. Ya sea a través del padre, los veranos pasados durante la infancia o las vivencias como poeta, Roma es ya de Santiago. Una ciudad infinita en la que el regreso tiene siempre sentido.

 


 

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