Yo no he visto un Burro volar, lo sé de seguro, pero las gentes de mi pueblo le han visto volar en todo su esplendor. Porque yo no le haya visto, no va a ser que no vuelen los Asnos, y me lo creo, porque esto es creer y lo demás son tonterías. Además, como afirman los pueblerinos, los Asnos se alimentan de reliquias, y no de carroña, como los caníbales y las especies salvajes. Con qué devoción las mastican ; mejor que las devotas compungidas el rezo.
Las moscas borriqueras también lo saben, y han escrito a vuela pluma un Arte de los Asnos Volar, que ya guardan bajo custodia unos monjes de ningún monasterio que sacan en procesión junto con la reliquia más antigua de otros tiempos, Una Quijada de Asno, tan dura como su pezuña, y que anda por el mar de los sueños, que nacen y mueren en los pesebres de universidades, colegios y conventos.
Además de que se ha establecido que el que bese esta Quijada de Asno será aprobado en todas las asignaturas, y no necesitará de catedráticos ni maestros, sirviendo para la sopa universal del entendimiento humano.Que por eso todos los gobiernos son bellacos por no adorar y venerar la quijada del Asno.
Por otra parte, si nos miramos desnudos al espejo, veremos lo Asno que somos. Al que diga que miento, aquí le reto a que se mire al espejo, y verá que lo que llevo dicho no es cuento. Eso no, son hechos confirmados en la historia verídica del tiempo que está, como las eléctricas, a merced de temporales.
Además, los monjes majaderos ya lo guardaban en los mamotretos de sus archivos. A mí me dijo uno, cuando cogí uno de crónicas veraces :
- Tú, tú, ¡deja ese, que te hará mal conocer el mundo y su hacedor, el Jumento¡