Gri, Gri, Gri
Voy a escuchar cantar algrillo
Cual ermitaño
Con hábito nocturno
Que ha salido de su madriguera
Al instante que mi amiga
María Antonia de Medina
Ha orinado sobre él
Que, azogado por el estío
Ha salido a la ventana
Pues él prefiere
El rocío de la mañana
Y no la orina de mujer.
Ella llevaba una braguita de esparto
Que ha dejado sobre el suelo.
Ahora, abrazados los dos
Como Eos y Titono
O dos romanos amariconados
Le escuchamos frotar las alas.
Ella dice que diecinueve grigrigri
En un instante ha dado
Yo digo que quince.
Mientras la beso, el grillo canta
Como un monje gregoriano :
"La orina de esta mujer
No es remedio para mised
Su orina es la que canta
Por ser adúltera y reprimida"
La historia del Amor
Entraba en nuestros labios
Repitiendo yo la fuerza
En la entrepierna que añoran
Los incrédulos e ilusos
Mientras las membranas del grillo
Sacaban otro poema
De un cancionero sefardí
Encontrado entre surcos :
Gri, Gri, Gri
¡Y a tomar por culo¡