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Article publié le 23 décembre 2018. oOo NARRADOR.- En Betania, en la casa de Lázaro, ya todos están enterados que Jesús, el Rabino de Nazaret, vendrá a cenar acompañado de los doce. La expectación es grande. El momento esperado ha llegado : Jesús y los doce, se presentan en el hogar de Lázaro y son recibidos con alegría.
Escenario.- Al abrirse el telón, Jesús está sentado a la mesa con sus discípulos y Lázaro.
Martha se encuentra sirviendo a la mesa. Lázaro.- ¡¡Gracias Maestro por tu visita a esta humilde casa !!! Jesús.- He venido para disfrutar un tiempo con ustedes. Martha.- Es un honor que estés con nosotros Maestro. Felipe.- El Maestro siempre nos da nuevas lecciones… No solo hizo el milagro de resucitarte, Lázaro, si no que nos lo evidencia viniendo a visitarte. (En ese momento preciso, la otra hermana de Lázaro, María, se aproxima. Lleva un frasco de nardo puro, un perfume muy caro). Natanael.- Y lo estamos contemplando con nuestros ojos. Tomás.- Y muchos necesitamos ver y no sólo escuchar de tus milagros Maestro. Jesús…- recuerden que más bienaventurado es dar, que recibir. (De súbito, María se arrodilla ante los pies de Jesús y rompiendo el sello del frasco y lo derrama sobre los pies del Maestro de Nazaret, Jesús). María.- (Besando los pies del Maestro).- ¡¡¡Señor mío, recibe a esta tu humilde sierva !!! (Y solloza con suavidad). Judas Iscariote.- ¡¡Qué desperdicio, Maestro !!! Jesús.- ¡Déjala ! Ella me ha ungido para la sepultura. Judas Iscariote.- ¡¡¡Mejor se hubiera vendido este perfume !!! Pedro.- ¡Basta, Judas, no cuestiones al Maestro ! Judas.- Solamente digo, Pedro, que nos habrían dado el dinero de trescientos días de trabajo, y nos hubiera servido para ayudar a los pobres. Jesús.- Lo que esta mujer ha hecho, será siempre recordado como un acto de entrega fiel… Judas.- Insisto que es un desperdicio. Jesús.- A los pobres siempre los tendrán, pero pocos hay que darán su amor en sacrificio. Andrés.- ¡¡¡Es cierto Judas !!! Jesús.- Como te he dicho, a los pobres siempre los tendrán, pero a mí no siempre me tendrán. Narrador.- En verdad, Judas Iscariote no estaba preocupado realmente por los pobres como aparentaba ser un piadoso hombre, si no que como era el encargado de cuidar el dinero de Jesús y los discípulos, les robaba como un vulgar ladrón. María.- ¡Seré tu sierva mi Señor ! Jesús.- Bien has hecho, María. (Y tomándole de la mano, la ayuda a incorporarse). Lázaro.- Gracias Maestro. Narrador.- Esta cena es memorable, y muchos de los judíos de Jerusalén, fueron a Betania no sólo para ver a Jesús, si no para ver igualmente a Lázaro, a quien Jesús había vuelto a la vida.
El telón cae, terminando la obra. |
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