UN RETRATO DEL MEXICO CONTEMPORANEO.
ENSAYO POR JESUS QUINTANILLA OSORIO.

Como si fuera una novela de Ludlum cuando viste a Talienekov, agente del servicio de inteligencia soviético, de una inteligencia suprema para combatir a su contraparte americana, México vive hoy los efectos de una política macroeconómica que ha favorecido no solamente a los poderosos que cobijan a otras tantas familias como los Austria, si no que ha sido tesoro para los paniaguados políticos que se han aprovechado de la rueda de la complicidad que opera en México.
Un sistema corrupto hasta la medula que vive dilapidando sus recursos naturales sin aprovechar realmente los beneficios, como si todavía nos gobernase el tlatoani desde su gran Tenochtitlan.
Spota supo reflejar muy bien el mundillo de la política, los artificios del agua turbia, en sus novelas que tocaban el tema, y aquella frase de la dictadura perfecta es una perfecta imagen del sistema político mexicano, envuelto en sus fechorías y el genocidio de pueblos indígenas enteros que viven sumidos en la pobreza, atontados por el alcohol comprando a sus lidercillos con algunas prebendas para mantenerlos en la vil inopia.
México padece de los excesos de sus gobernantes, pero también de la indiferencia de los mexicanos que, sumados en el gran engranaje corporativista sirven al sistema por obtener beneficios para ellos, aunque el resto de la gente padezca de hambre y sorba sus miserias en refresquitos de ambiciones y falsas esperanzas.
México es el país de las mentirillas.
Un país ajeno a su propia gloria que vive sumido en la desesperanza por los hambrientos de poder que se solazan de los beneficios que trae el explotar a los mexicanos sin la menor misericordia.
Alicia, la de Carroll, vería en el conejo de la historia a un huesudo con piel apenas para cubrirse que sólo vive de espejismos y falsos mesías. Y la reina mala, una tenebra que subyace en la mente de los gobernantes, y un sombrerero vestido de buenas intenciones pero manchado de sangre por sus complicidades.
¡No, México no es el país de las maravillas ¡Pero podría serlo si nos atrevemos a sacar el verdadero rostro del esfuerzo que nos mantiene en pie a pesar de los arrebatos de furia de los gobernantes y del tiránico poder de los señores feudales, un feudo donde se paga hasta por trabajar y se vive sin garantías, sujeto a los caprichos del aprovechado que toma las riendas del poder.