- Memoria y espanto
Una mujer zurda hace una espantosa memoria. Saca al espejo de la oscuridad. La luz del silencio deja sentir. El sufrimiento y el atentado contra la vida. Quita el peso de encima de la existencia, expresa la angustia y su avatar : uno no puede dejar de pensar en uno. Esté encajado o desencajado tu ser frente a lo inmisericorde de un humano para con otro de su especie hay que descolocar la alienación del tú/ contigo. No soy tú. La bronca del afecto y saber de lo posible e imposible ocurrido. ¿La infracción a un amor que no convence ? Y no todo es soportable… aunque el terror a la orfandad del amor te latiguee la resurrección del olvido y verifiques que no hay nada que hacer con el recuerdo digno o indigno de ti o de lo otro por reabsorberse como verdad que falta, que mortifica hasta en el silencio. Atente a las consecuencias del afuereño, del espanto que viene de afuera y de adentro ; ello : el forastero del que no te fías y sin embargo eso foráneo pasajeramente está ligado a ti como hilo de sangre, pendiente de lo real de la vida desobediente.[...]