I cuadro.

Narrador.

Después de una extraña noche, con sueños muy raros y pensamientos sin mucha conexión entre sí, Eulalio piensa que el eclipse solar le ha afectado de alguna manera.

En las calles de su calurosa ciudad, aún siendo de madrugada, hay actividad.

ESCENARIO.

Una calle con una farola encendida y un banco. En el banco, Eulalio, sentado con cierto desdén, habla en voz baja.

Eulalio. A mí parecer, este bendito eclipse solar, traía su propio asunto.

Voz. (Se escucha una voz cercana a Eulalio, pero sin nadie visible). ¿A cuáles asuntos te refieres ?

Eulalio. (Volteando a ver a todos lados, evidentemente asustado). ¿Quién habla ?

Voz. No necesitas saber quién soy.

Eulalio. ¿Acaso estoy loco ?

Voz. No estás loco, pero si estás muy preocupado.

Eulalio. Es que no sé cómo va a estar todo tras el eclipse.

Voz. ¿Y por qué te preocupas ?

Eulalio. Mis sueños mostraban situaciones difíciles.

Voz. ¿Peligrosas ?

Eulalio. Amenazantes , más bien.

Voz. ¿Cómo qué tipo de amenazas ?

Eulalio. Nada estereotipado. Se sentía el ambiente muy pesado.

Voz. ¿Y las personas cómo actuaban ?

Eulalio. Aparentemente normales, pero algo en sus ojos me daba miedo.

Voz. ¿Su color ? ¿O era otra cosa ?

Eulalio. Es cómo su estuvieran nublados.

Voz. ¿Nublados ? ¿Cómo su fueran ciegos ?

Eulalio. Exactamente.

(La madrugada da paso al amanecer, y varias personas se acercan lentamente a dónde Eulalio está sentado).

Voz. ¿Y porqué a ti ni te pasaba nada ?

Eulalio. (Viendo a las personas que se acercan). No lo sé.

(En los rostros de las personas se ve un claro ensimismamiento y una mirada fija).

Voz. Tal vez seas el Eulalio. ¿Único ?

Voz. El único que no fue transformado.

Eulalio. (Muy asustado, intenta pararse pero está rodeado). Eulalio. (Grita). ¡Déjenme !

(CONTINUARÁ)