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Article publié le 4 février 2024. oOo En el Servicio de la noche, en la Iglesia Príncipe de Paz de Chetumal, el Pastor José de la Rosa nos comunicó que las iglesias habían programado la Campaña de Evangelismo del predicador argentino Juan Boonstra en la ciudad de Chetumal y que como iglesia habíamos sido invitados a participar en ella, ayudando en toda la logística del evento. Al término de la reunión, Chanita y yo nos acercamos para hablar con don José, quien nos llamó. ---Quiero invitarlos en nombre de la Alianza Misionera para que participen en el día de la Campaña. ---¿Y cómo podemos hacerlo ? ---Con lo que mejor hacen Chanita, cantando y tu Jorge, acompañándola con la guitarra, como bien has hecho siempre. ---¿Cuándo y Dónde va a ser eso ?—quiso saber mi esposa. Tomándonos de los hombros, don José nos dijo : ---Tenemos mucha confianza en ustedes, pues han puesto a vibrar muy en alto nuestros corazones,ñ cuando interpretan el precioso himno “Yo quisiera hablarte del amor de Cristo”. Es más, ese himno es el que nos han sugerido que interpreten,ppppppppppppppppppppp como entrada al mensaje de predicador. ---¿Y cómo supieron ellos ? ---pregunté. ---No te imaginas lo que saben de ustedes dos.. ---¡Qué mal hemos hecho ? –Chanita, incómoda, se movió acercándose como buscando apoyo. ---No malinterpreten pplo que me han escuchado decir. --- Queremos saber a qué se refiere con eso de conocernos bien y quiénes y cómo---cuestionó Chanita. ---Eso es lo que queremos saber --- aseveré. ---Insisto : por favor no malinterpreten lo que no han oído. Su testimonio de amor es invaluable y sabemos, porque un pajarito nos lo contó ---sonrió de manera velada---. No voy a revelar mis fuentes ---la risa fue más abierta.---Sí sabemos de buena fuente que su noviazgo y vida matrimonial han girado y giran en torno de este himno, al que le has hecho un arreglo para que ella cantara en el tono de La Mayor. ---Bueno –mi amor sonrió---. Así como dice, la cosa cambia. ---Ya me estaba preocupando don José. Asi como empezó… ---No fue mi intención. Quise adornarlo y sólo logré alterarlos. ---Pero no ha pasado nada malo. Sólo tengan muy en cuenta que en el Club y Arena, ubicado en la calle Alvaro Obregón, esquina con José María Morelos, se va a realizar el evento, dentro de quince días, a partir de las cinco de la tarde. Se transmitirá por la radiodifusora XEROO. Así que les aconsejo prepararse porque ustedes van a dar entrada al mensaje de predicación de don Juan Boonstra. Nos despedimos y ya en casa, comentamos el tema, con la familia y se alegraría mucho, porque nuestra aportación sería valiosísima. Todos esos días estuvimos practicando el himno, después de hacer una oración pidiendo a Dios que todo fuera de su agrado. El día de la víspera hicimos nuestro último ensayo logrando un resultado perfecto. Terminando fui a la Casa de Música, para comprar un juego de cuerdas de concierto y las cambié por las viejas. Y para no fallar, luego de que hicimos una oración familiar, nos dirigimos al local donde encontramos un sinfín de hombres y mujeres, que como hormigas, ultimaban los detalles. Nos reportamos con don José y le pedimos una oración por nuestra próxima participación y de paso, nos bendijo. Cerca de la hora nos acomodamos en el templete, en el lugar que nos habían asignado, muy cerca del micrófono. Y llegó la hora con un lleno total y con .mucha gente sintonizando en sus hogares la radiodifusora, para escuchar el servicio especial. Un Pastor que no conocía, hizo una oración y como conductor pidió a todos que buscáramos en nuestros himnarios el himno Pecador ven a Él. Terminando nos acercamos al micrófono y me pusieron detrás de ella, la cual se inquietó porque no podía verme. Comencé a interpretar con la guitarra el himno en tono de La mayor, como siempre desde que la conocí y acompañé. Le di la entrada para el canto y ella, de nervios, empezó muy a tiempo y afinada, pero en otro tono. El sudor perló mi frente y mis dedos humedecidos patinaban en los trastes. Al fin pude ubicar el tono que resultó ser en Mi mayor. Yo ahora sentí inquietud porque ella no alcanzar las notas altas y las muy bajas. Pero gracias a Dios no tuvo ningún percance y finalizó muy bien. Lo curioso del caso fue que no se percató de que había cantado en otro tono. La tranquilidad llegó a mi alma cuando el Predicador llevó hasta los pies de Cristo a muchas almas y mi corazón se alegró porque pusimos nuestro humilde granito de arena en esa Campaña Evangelística. |
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