Sancho Panza estaba esquilando
Una cordera blanca
Cuando vio llegar a su amo Don Quijote
Por detrás de aquella cañada.

- Ya viene mi señor, se dijo
Que cerca de Pascua salió de caza
El cual viene volando
Por los molinos de viento herido.

- Cuénteme usted, mi señor Don Quijote
Que, sin experiencia en la guerra
Viene lleno de heridas
Y sin haber logrado sus pensamientos.

- ¿Qué tal está Dulcinea de su feliz parto ?
¿Por eso es que viene tan malhumorado
Porque le han crecido los cuernos
Y como, halcón, de aires ha mudado ?

- Calla, amigo Sancho, calla
Que, con tus bellos razonamientos
Me haces más daño en las heridas.
¡Dulcinea me sigue esperando¡
En la libertad del campo
La vi bien triste y afligida :
Ella iba como puta por rastrojos
Pues, un molinero, se la había beneficiado.
Aquí, el viento casi no corría
Había carestía de pan cocido
Y Sancho, provocándole a lujuria
Sacó de su morral frutas de la India.
En la nebulosa atmósfera
Don Quijote notó malicia en sus ojos
Preguntándole que, en su ausencia
Qué es lo que había comido
Respondiéndole Sancho Panza
Cuando le dejó hablar
El clamor Asnal de su Burro :

- Piñones, caracoles y cantáridas.
Ahora, vemos a Don Quijote
Este dios ya victorioso
Al Rebuzno del Asno agradecido
Enseñándonos el cetro que tenía.
Mostrarse quiso generoso
Diciéndole a Sancho con gratitud :

- Pues ahora, en premio
Elevarte quiero hasta el cielo.
Dicho y hecho :
Sancho Panza cantó
Que, por eso
Hay Asnos en el cielo.