A ver si te recuerdas cuando pongo la mano así entre la cortina y el cristal — el viento con la calle forma parte de este recuerdo — ella iba y venía sin parar — el jarrón con dos manos — y la fuente bajo la sombra de una nube — poniendo la mano así, sin sol y sin viento, sin todo lo que necesita la escena de mis desesperaciones, viendo como lo hace bien, y francamente, sin olvidar que la sonrisa es tuya — un verso murmuraba — gotas secándose en seguida — yo estaba mirando a las avispas de la parra, con algo de música en el pensamiento, consciente de que todo era falso — cine de mierda — esperando sin saber — la cortina plegada aquí — ves la marca — el cigarrillo quemando la fibra en círculo perfecto — imágenes de mierda — sin palabras para decir lo que hay que decir cuando las cosas pertenecen a otro mundo — la mano así — sin cigarrillo esta vez — la no fuente no tiene no agua y la no ella no baja hasta no aquí para no refrescar la no tuya enfermedad de no mierda — No puedes acordarte de eso — porque lo inventé — lo leí quizás — son malos los libros que no leemos — páginas de la mano — dedos de la primera arruga — Inventé también los personajes — la calle no — las paredes sí — quizás también esta mala chica — lazarilla por perder — año cero del invento — No hay más remedio — el viejo ciego atraviesa el río y se come todas las almendras — Sorbas desierta — en el puente no se mueven los ancianos — la barandilla dorada — vomitando en el vacio — desde aquí se ve bien, y completamente, la fuente con las bailarinas desnudas que van a mirarse en el agua del río seco — Pájaros veloces — todo esto no tiene sentido — estamos aquí para esperar y nadie lo sabe — nadie sabe ni siquiera quienes somos tú y yo — Sí, señora, no tocaré más la cortina con mis manos sucios — no fumaré cigarrillos si no hay agua para acabar con este maldito fuego interior — y el olor a carne abrasada no tiene nada que ver con mi desahucio — pimientos rellenos de mis sentimientos hacia tí — Un poco de sal no te vendrá mal, hija.